Tan sólo faltan unos días para el regreso a clases y ya muchos padres de familia comienzan a ponerse nerviosos por el gasto que implica nuevamente volver a las aulas y adquirir todo lo necesario para sus hijos. Y digo nerviosos porque ante tales gastos de no menos de mil pesos por hijo, sin contar con pasajes y las cuotas “que no son obligatorias” no hay dinero que alcance y menos cuando las promesas de empleo no han sido tan alentadoras como se esperaba y los salarios no permiten darse esos “lujos de estudiar”. Y aunque el gobierno de Hidalgo da una buena ayudadita con algunos útiles y uniformes en secundaria, lo cierto es que los gastos rebasan cualquier apoyo y presupuesto.
Platicando con algunos padres de familia, esos que se enfrentan día a día a recibir un salario raquítico, esos que trabajan en instituciones públicas o privadas con jornadas extenuantes, esos que no son favorecidos con ningún tipo de apoyo social, a esos a los que caminan por las calles del estado sin la posibilidad de tener un automóvil, utilizando el transporte público y protegiendo su escaso dinero debido a los constantes asaltos en Hidalgo, esos señalan que este año está peor que los anteriores y que difícilmente podrán cubrir todos los gastos que implica el inminente regreso a la escuela.
Se dice que como cada año y desde sexenios anteriores habrá paquetes de útiles escolares para todos los estudiantes de nivel básico; se dice que se entregarán miles de uniformes escolares para los alumnos de secundaria en todo el estado; se habla también de apoyos para jóvenes con las mejores calificaciones e inclusive transporte para los que acuden a planteles lejanos, hasta ahí estamos muy bien, quizá hasta optimistas y esperanzados; pero ¿qué pasa con aquellos estudiantes que más allá de todos los beneficios gubernamentales no tienen ni qué comer antes de llegar a la escuela?, ¿cómo afrontan los padres de familia de las regiones más pobres del estado que sus hijos no acudan a la escuela para ayudarles a trabajar y con ello, aumentar los ingresos de la familia?
Para alcanzar los anhelados estándares de educación de países europeos, no basta con evidenciar a los maestros, cuestionar sus métodos pedagógicos y evaluarlos constantemente en un sentido intimidatorio de señalamientos y culpabilidades, como decía mi abuela, al perro más flaco le cargan todas las pulgas. En lugar de estar sólo chingando a los profes se debería pensar en un modelo integral de educación en el que toda la sociedad se comprometa a participar y que el gobierno mexicano se enfoque en la alimentación de los niños para cubrir esta necesidad elemental y posteriormente todas aquellas de formación profesional.
Así que a partir de este lunes 21 de agosto y hasta el 16 de julio del 2018, miles de estudiantes hidalguenses estarán en las aulas con maestros evaluados o no, con desayunos escolares o no, en escuelas multigrado, de tiempo completo o de organización completa, además de alimentados o no, atendidos o no, sí tendrán la seguridad de que en sus escuelas encontrarán una oportunidad de sentirse observados ante una vigilancia en respuesta de una mal entendida reforma educativa sexenal.

PALABRAS MÁS, PALABRAS MENOS
En este mes del adulto mayor se espera la difusión de toda clase de festejos y actividades para este sector de la población con el afán de hacerlos sentir mínimamente atendidos, aunque las señales de la autoridades es que solo los jóvenes y guapos son privilegiados en un gobierno poco interesado en las personas con más edad y experiencia. A esos adultos mayores simplemente les piden la renuncia, no importa los años que le dedicaron a su trabajo, total lo viejo ya no sirve.