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Hace (73) meses
¡Esto apenas comienza!
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Sálvese quien pueda!- Tal vez éste sería un buen slogan para la defensa de la población en general ante la inminente llegada oficial de las campañas electorales. Ya hemos aguantado bastante oír spots de radio, ver mensajes por la televisión y cómo han inundado las redes sociales a más no poder en los últimos dos meses, que apenas han sido las precampañas.

Pocas propuestas y sí muchísimas descalificaciones en estos primeros rounds de golpeteo proselitista.

Será un total de casi diez meses, desde que inició el proceso electoral a principios de septiembre del año pasado, hasta el día de las elecciones el próximo 1 de julio. Un presidente de la república, 500 diputados federales y 128 senadores; además de los procesos electorales en ocho entidades y el nuevo jefe de gobierno de la Ciudad de México, todo esto se decidirá en sólo unas horas de votación.

Hasta el momento, sólo tres precandidatos son los que, apoyados por sus partidos y sus alianzas partidistas, se encaminan a ser los candidatos oficiales, aquellos que aparecerán en las boletas a sufragar. Comencemos con los rojos, que no precisamente por orden de importancia, sino por antigüedad. Ante el descrédito que se han formado a lo largo de su historia, principalmente por lo hecho en el último sexenio, a lo que las nuevas generaciones ya no son materia dispuesta para el “voto duro” de sus filas; si no es por familiares y amigos, ya nadie quiere adherirse al partido rojo, mucho menos ponerse el chaleco colorado que pareciera da poderes infinitos.

Su candidato, según ellos y él mismo, no pertenece a sus filas oficialmente, para así demostrar que su partido da apertura incluso a quien piensa diferente a ellos. Un truco que hasta el momento no les ha salido muy bien, pues el inquilino que estaba en la calle de Bucareli no anda muy contento, pues pensaba que él sería el ungido y anda buscando revancha prestando “su” partido a los morenos o prietos, como recién los llamo el líder rojo. El candidato con la cara pintada nomás no levanta su vuelo hacia palacio nacional y los rojos ya no saben ni cómo ayudarlo.

El partido azul hizo alianzas con los izquierdistas amarillos para poder afianzar la victoria, hecho que hizo que el dirigente blanquiazul se autopostulara, mostrando nuevamente su egocentrismo desde que asumió temporalmente la dirigencia, haciendo pensar a sus partidarios que él era el nuevo rostro, que era lo que necesitaban los azules hacia los tiempos actuales. Poco a poco ha ido apoderándose de toda la cúpula, tomando revancha contra los que en su tiempo no lo apoyaron a él y dieron el espaldarazo al preprecandidato poblano, cuando se pensaba que era el elegido, pero se lo tragó la tierra después del terremoto de septiembre pasado.

Los prietitos en el arroz son los morenos, pues en cada una de las encuestas que han surgido, van a la cabeza. Su fundador, dirigente, candidato y todólogo, ha logrado cosechar lo que ha sembrado a lo largo de varios sexenios de campañas que lleva a cuestas, hasta pareciera que la tercera es la vencida, todo depende de que aquellos que le dan sus preferencias en las redes sociales vayan a las urnas a votar.

De los partidos chiquitos que se cuelgan de los punteros, mejor ni hablar, son sólo parásitos que buscan mantener su registro y seguir recibiendo chichi del presupuesto. De los supuestos candidatos independientes, pues sólo habrá que esperar a que si logren su registro y tomarlos en cuenta, otro desperdicio de recursos financieros a candidatos que de independientes no tienen nada.

Esto apenas comienza; como dicen: en la guerra y en el amor todo se vale, así que próximamente veremos de todo, pero les aseguro que nada bueno sacaremos de todo este proceso, sólo un gasto multimillonario tirado a la basura. Vivamos juntos el aquí y el ahora.

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