Lo anunciado ayer por el gobernador Omar Fayad para atenuar en Hidalgo el costo del gasolinazo es una buena noticia. O una serie de buenas noticias si todas logran aplicarse a fondo.
No más telefonía celular para los funcionarios estatales. No más dinero para los partidos políticos en año no electoral. No más viajes pagados al extranjero para el gobernador y su comitiva, salvo que tengan un beneficio específico para Hidalgo. No más vales de gasolina sin discreción. Esas y muchas otras medidas más fueron dadas a conocer por él mandatarios, la mayoría en apoyo a choferes de taxis y unidades de transporte público, quienes tienen uno de los oficios más castigados por el incremento a la gasolina.
Buenas noticias, insisto. Pero no todo es cuestión de buenas intenciones. La cabeza del gobierno estatal ya puso su parte; ahora corresponde a la burocracia, a los diputados y a los políticos profesionales hacer lo suyo y trabajar para apoyar a todos los hidalguenses.
Ya veo a muchos presionando para mantener “los derechos ganados a lo largo de los años”, y exigiendo se les mantengan privilegios y demás.
El anuncio es bueno. Corresponderá a todos cumplirlo, pues de lo contrario caerá en saco roto.
El gobernador y su equipo de trabajo, por su parte, tendrían que hacer cuentas a lo largo del año para demostrar que se está cumpliendo lo previsto, y explicar a dónde fue a parar el dinero ahorrado.
En lo personal me parece que lo dispuesto por Omar Fayad es correcto. Es un muy buen paso para comenzar una larga caminata a la productividad. No se trata de que el gobierno ahorre, sino que los recursos públicos tengan el destino correcto y de mayor beneficio.
Ojalá que todo se cumpla. Y ojalá que, además, el combate a la corrupción sea efectivo. Con eso todos ganaremos aún más.