Es injusto que dos mexicanos ganen dos Óscar en una sola entrega. Es inaceptable que los mexicanos hayan monopolizado el premio a la mejor dirección en tres años consecutivos. Es un escándalo que un mexicano gane el galardón por fotografía en tres años consecutivos.

La entrega de los premios este domingo pasado se llevó a cabo en medio de una gran controversia porque no había nominaciones para personas de raza negra. El realizador Spike Lee, la actriz Jada Pinkett Smith y su esposo el también actor Will Smith boicotearon la ceremonia.

El conductor, Chris Rock, también negro, tomó el tema por los cuernos y ofreció una serie de monólogos y sketches sobre el tema. No siempre fue divertido, pero nunca dejó de ser inteligente. Para empezar dijo que él era el conductor porque el puesto no requiere de una nominación.

Rock utilizó abiertamente el término “negro”, como los viejos militantes del Poder Negro, sin esconderse en eufemismos como “afroamericano”. Señaló a la industria cinematográfica por racista, pero mostró un humor implacable antes quienes boicotearon la ceremonia. “Es injusto que Will Smith no esté nominado -dijo-pero también es injusto que cobrara 20 millones por Wild Wild West.” Y añadió: “Jada dijo que no vendría. Es como si yo dijera que no me meto en los calzones de Rihanna. ¡Nadie me ha invitado!”

Con un negro (¿afroamericano?) sentido del humor a veces venturoso y a veces fallido, el comediante recordó que la discriminación no es un fenómeno nuevo. En los años sesenta, sin embargo, los negros no se preocupaban por la discriminación en los Óscar. “¿Por qué? Porque teníamos cosas reales por las que protestar. Cuando tu abuela cuelga de un árbol, es muy complicado preocuparse por el mejor cortometraje documental extranjero.”

¿Quieren que haya más premiados negros?, preguntó Rock, pues establezcamos categorías sólo para negros, como hay categorías para hombres y mujeres. “No hay razón para tener categorías separadas para hombres y mujeres en actuación. No es atletismo.”

Si se estableciera un sistema de cuotas raciales o nacionales, los mexicanos tendrían un enorme problema. En los últimos tres años los mexicanos habrían superado por mucho toda cuota razonable. Van tres años consecutivos que el galardón al mejor director se lo llevan mexicanos. En 2014 Alfonso Cuarón por Gravedad, en 2015 Alejandro González Iñárritu por Birdman y en 2016 este mismo ahora por El renacido. Además, Emanuel Lubezki lleva tres años ganando el Óscar a la mejor fotografía.

Para algunos esto es injusto. En 2015, cuando Birdman fue la gran ganadora, Donald Trump declaró con disgusto: “Fue una gran noche para México, como siempre. En [Estados Unidos] todo esto que pasa es ridículo.” González Iñárritu “no paraba de subir y subir y subir. ¿Se va a llevar todo el oro?”

No faltará quien piense que Rock hablaba en serio y plantee las cuotas como solución. Que haya una cuota para blancos, otra para negros, una para mexicanos y otras para otras nacionalidades y grupos étnicos. Así las premiaciones serían más equitativas. Claro que cuando algún actor negro obtuviera el Óscar, como Jamie Foxx por su extraordinaria interpretación de Ray Charles en la película Ray, todos nos preguntaríamos si fue por habilidad o por cuota.

No dudo que haya discriminación en la Academia. Toda institución es un reflejo de la sociedad. También hay discriminación hacia los mexicanos, como lo testimonia Trump. Sin embargo, Cuarón, Iñárritu y Lubezki han demostrado que cuando tienes calidad puedes superar la discriminación. Si hubiera cuotas, quizá se les obligaría a regresar los Óscares que injustamente han acaparado.

Mar de tinta roja

Es un mar de tinta roja. Pemex perdió 521 mil millones de pesos y la CFE 94 mil millones de pesos. La situación de las dos es realmente dramática. Necesitan una transformación de fondo.

Twitter: @SergioSarmiento