; en casi todos ellos también se elegirán ayuntamientos y diputados locales, al igual que en Baja California. La cereza en el pastel es la elección de diputados constituyentes de la CDMX. Por número de potenciales electores la de 2016 será la jornada comicial más importante antes de la que tendrá lugar en julio de 2018; sin embargo, el interés de los encuestadores y de los diarios capitalinos está puesto en la segunda, en lo que parece una distracción por futurismo digno de mejor tema.
Tres recientes encuestas sobre reales o supuestas preferencias/intenciones de voto para 2018 han motivado primeras planas en igual número de diarios de la CDMX, a las que han seguido ríos de tinta y cientos de minutos antena-aire para desmenuzar el significado de que uno u otra de los aspirantes a la grande aparezca en primer lugar, así como para desenredar la madeja de los llamados careos (contraste entre dos o más aspirantes) y especular sobre posibles aspirantes sin partido, lo que complica todo porque al menos dos están siendo evaluados por partida doble.
Sin menospreciar en forma alguna los tres ejercicios demoscópicos (El Financiero; El Universal y Consulta, a la que El Economista le otorgó primera plana) de ellos lo único sobre lo que no cabe duda es que, con una salvedad, los aspirantes tienen una característica en común: casi nadie los identifica de manera espontánea, es decir, sin ayuda del encuestador. La salvedad es obvia: Andrés Manuel López Obrador, que acumula más de tres lustros ininterrumpidos en campaña para Presidente.
El desconocimiento de la inmensa mayoría de quienes los encuestadores colocan en calidad de posibles aspirantes a la silla del águila confirma algo que desde hace tiempo por sabido se calla: la baja repercusión de los noticieros de TV sobre las preferencias del electorado, cuya explicación empieza por el número de televidentes que atienden esos espacios; lo que también ocurre con los de radio, aunque con diferencias importantes al tomar en cuenta conductor, horario y lugares de recepción.
Hace unos años Roy Campos (Consulta) dio a conocer los resultados de una encuesta sobre las costumbres de los mexicanos en la que preguntaba ¿A qué hora acostumbra dormirse? La mayoría decía que entre las 21:30 y las 22 horas de cada día. El dato me motivó una pregunta, que según recuerdo hice en este mismo espacio: ¿Quién ve los noticieros estelares -nocturnos- de las dos televisoras privadas? Me dicen los que de eso saben que una minoría y de esos la mayoría solo ve los primeros minutos.
Pedir a los entrevistados que digan de memoria los nombres de quienes aspiran a la candidatura presidencial es un atrevimiento, pero pedirles que sin saber ni su nombre los califiquen y digan si votarían por ellos es un exceso, que se agrava al pedir al entrevistado -que ya quiere dar un portazo en las narices del encuestador- que acepte responder a los careos, que por razones de costos y tiempo es imposible realizar simulando boleta y urna, por lo que se hace mostrando tarjetas, que algunas veces tienen la foto de los aspirantes. Cuando al entrevistado se le muestra la tarjeta número 12 lo más probable es que esté al borde de un infarto cerebral.
Seguiremos viendo y comentando encuestas para el 2018 mientras tenemos que buscar con lupa algunas que nos ayuden a evaluar las contiendas para gobernador en los 12 estados que en menos de 90 días tendrán jornada comicial. Algunos creen que para llegar al primer domingo de julio de 2018 hay que cerrar los ojos e imaginar que nada pasará de hoy a ese día. Pero, dice Perogrullo, no es así.
Salvo López Obrador, que los evaluados hoy estén mañana en la boleta depende, entre otras cosas, de lo que ocurra en las elecciones de este año y del siguiente. Ser el más conocido, o el de mayor preferencia, no garantiza nada.
Colosio y Calderón eran los aspirantes menos conocidos y llegaron a la candidatura presidencial; entendieron que su futuro no estaba escrito en las encuestas.
