En menos de un año viviremos en el país la renovación del ejecutivo estatal; los tiempos comienzan a vencer, a caducar, pues en agosto el PRI, que en Hidalgo sigue manteniéndose como dominante, vivirá su asamblea nacional, que será determinante en la postulación del su candidato presidencial.
En la baraja se encuentra el hidalguense Miguel Osorio y, sin duda de ser postulado sería un enorme apoyo para los candidatos tricolores, pues se vivirá la elección de la diputación federal, el senado y las diputaciones locales –siendo esto inédito y podrá afectar al gobierno de Omar Fayad— de modo que no es menor lo que está en juego.
Hoy ya no podemos hablar de un candidato fuerte que sirva para impulsar a los demás hacia la victoria, ni siquiera de distritos fáciles o a modo para que cualquiera pueda ganar; hoy, tras la competitiva elección de 2016, tanto el PRI como la oposición necesitan abanderados con arraigo, con posicionamiento y sobre todo con buena imagen, y si bien ya hay muchos haciendo trabajo político, buscando posicionarse y tratando de ser notorios tanto para los liderazgos partidistas como para los ciudadanos, el dinero y la promoción mediática no pueden suplir al carisma y el auténtico reconocimiento ciudadano.
Hablo más específicamente del PRI porque es claro que es el enemigo a vencer y si no tiene cuidado de seleccionar a los mejores, tendrán nuevamente una sangría de cuadros y de simpatizantes que afecten las aspiraciones tricolores de mantener la presidencia, pero también al gobierno estatal si quedara con un congreso local sin mayoría tricolor.
En un afán de ir delineando los posibles escenarios de cómo será el proceso del 2018, este tecleador irá desgranando algunas líneas sobre los aspirantes a los distintos cargos en juego, no sólo del PRI sino de los demás organismos políticos que jugarán en esas campañas por venir.
Recordemos que en Octubre iniciará formalmente el proceso electoral y con ello los nervios, las ansias, los amagues y la estrategia para alcanzar las postulaciones serán más notorios, más intensos y más interesantes.
Y de entrada las candidaturas a la Presidencia de la República serán factor de influencia pues AMLO siempre ha ayudado a tener buenos resultados a los candidatos de su partido; ya pasó dos veces con el PRD y sin duda ahora lo será con Morena.
De allí a que una posible postulación de Osorio Chong pueda ser importante para que el PRI no enfrente un escenario complicado, pero a ello habrá que sumarle un intenso trabajo de negociación entre los grupos internos del PRI o, en caso contrario, el grupo en el poder podría enfrentar fuego amigo, rebeldía y fuga de cuadros, como ya lo señalaba líneas arriba.