Mi amigo Francisco Padilla tiene dos grandes méritos por los cuales debe dar infinitas gracias al Señor: nació en Saltillo y estudió en el Ateneo Fuente.
Hombre de buenas ocurrencias, me envió algunas frases. Algunas son fruto de su ingenio; otras las escuchó de sus abuelos. Leamos:
“No hay mujer que no reniegue de su marido. No hay mujer a la que no le guste ir de compras. No hay mujer que no esté a dieta. No hay mujer que no sea friolenta. Y no hay mujer que no se queje. Si no se queja, ¡aguas! Puede ser un cabrón operado”.
“Que te hagan pendejo es válido, y hasta deseable, pues siempre es útil reconocer que hay alguien más listo que tú. Pero que te hagas pendejo tú solo, eso no se vale”.
“A las esposas de tus amigos y de tus parientes no les alabes ni los dientes”.
“Las mujeres son más inteligentes que los hombres. Sólo tienen una debilidad: cuando se enamoran se apendejan”.
“Ocúpate en algo. Un pelado sin quehacer es capaz de caparse nomás pa’ ver qué se siente”.
¡Hasta mañana!…
“Una esposa sorprendió a su marido en brazos de la criadita de la casa”
Con cachaza singular
razonó el truhán su gesto:
“Si no le hiciera yo esto
le tendríamos qué pagar”.