Hay a escala nacional una batalla de varios frentes que se libra de manera soterrada, pero que todos conocemos sin saber el parte del día a día. Se trata, por supuesto, de la batalla priísta por la candidatura del PRI a la presidencia mexicana.
CNTE, narco, gasolinazos, manifestaciones y pronunciamientos empresariales son parte incidental de esta batalla anticipada por el 2018, en la cual hay un general hidalguense en la brega.
Por supuesto que ninguno de los involucrados lo admite públicamente, pero todos sabemos de quién se trata. Por un lado está Miguel Osorio Chong; por el otro, Luis Videgaray, quien al parecer no va en camino de la nominación directamente, pero sí influye para que ésta recaiga en una persona de su primer círculo.
Por eso todos los movimientos, palabras, acciones e inacciones de los participantes en la batalla cuentan. Algunas a favor, y otras en contra, pero todas cuentan.
Por un lado hay sectores de gobierno y de la sociedad que se frotan las manos al ver los problemas que causan la CNTE y sus protestas; por otro, hay quienes hacen lo mismo –desde el otro lado de la trinchera- cuando ve que se debe aumentar el precio de los combustibles.
Las características tan complicadas de la política mexicana impiden que cualquier aspirante en posición de gobierno pueda mencionar, aunque sea como un simple deseo, su intención de convertirse en candidato presidencial. Por eso esta batalla tan soterrada pero tan vistosa a la vez. ¿Usted ya tomó partido?

Paciencia
Adivinar nombres del nuevo gabinete estatal está de moda. Quienes saben dicen que hasta septiembre habrá luz sobre el tema.