Durante años, los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han desafiado al gobierno federal y a diversos gobiernos estatales.
Las huestes de la CNTE, siguiendo siempre las órdenes de los dueños en turno de las diversas secciones sindicales que la integran, han violado diversas leyes federales y estatales sin que les importe el daño que le causen a los demás mexicanos. Y es durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto cuando más violentas han sido las acciones de la CNTE contra la sociedad.
Recordemos que desde el 1 de diciembre de 2012, fecha en que el presidente Enrique Peña Nieto anunció que presentaría al Congreso una iniciativa para reformar el sistema educativo, hasta hoy, han transcurrido mil 309 días, y en casi cada uno de ellos los maestros pertenecientes a la CNTE se han manifestado pacífica o violentamente contra la reforma educativa. En la Ciudad de México y en diversos lugares del país, sobre todo en ciudades y poblaciones de los estados de Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Michoacán, Veracruz, entre otros, han cometido toda clase de desmanes y delitos para manifestar su oposición a la reforma educativa.
Encabezados por sus líderes, estos supuestos maestros han bloqueado calles y carreteras, impedido el acceso a aeropuertos, destruido propiedades públicas y privadas, secuestrado a militares y policías, y ocupado amplias áreas de diversas ciudades.
Tan sólo en la Ciudad de México, de acuerdo con datos difundidos por su gobierno, de 2012 hasta junio de 2016 la CNTE realizó casi 2 mil marchas y plantones, incluyendo la toma del Zócalo durante varios meses y la del Monumento a la Revolución en diversas ocasiones. Según informa la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México, las marchas y plantones de los 20 últimos días han causado el cierre de 70 pequeñas empresas y la pérdida de poco más de 400 empleos. Por ejemplo, en el mercado de artesanías de La Ciudadela, las pérdidas llegan a los 14 millones de pesos.
En Oaxaca, las hordas de los maestros que no enseñan han bloqueado diversas carreteras y evitado que a muchas ciudades, pueblos y rancherías lleguen los servicios médicos y productos básicos como son alimentos, agua potable y medicamentos. Se reporta que la carestía ocasionada por el cierre de carreteras amenaza con crear una hambruna en lugares en donde de por sí ya hay hambre.
Ha sido necesario que los víveres necesarios para evitar una catástrofe sean llevados en aviones de la Fuerza Aérea a las poblaciones que más los necesitan.
Gracias a la CNTE, las pérdidas económicas en Oaxaca suman mil 700 millones de pesos, de acuerdo con el Consejo Coordinador Empresarial. La ocupación hotelera en la ciudad de Oaxaca es de 5 por ciento y las ventas de los comercios se han desplomado 80 por ciento.
Pese a todo, los líderes de la CNTE dicen que seguirán causando caos en la Ciudad de México y bloqueando carreteras y aislando ciudades en Oaxaca, Chiapas, Michoacán y otros estados mientras no sea derogada la reforma educativa, cosa que no va a suceder jamás, tal como lo aseguró Peña Nieto durante su visita reciente a Canadá y lo han confirmado diversos miembros de su gabinete.
Durante años el gobierno federal y los de los estados han privilegiado la fuerza de la razón en sus tratos con una organización de facinerosos que solamente reconocen la razón de la fuerza. Es hora ya que nuestras autoridades decidan negociar con la CNTE utilizando la razón de la fuerza, la única que entienden estos malos mexicanos que buscan llevar a México al caos.