Los acarreados: ayer y hoy
 
Hace (75) meses
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Religiosamente, desde que el presidente de la República, Plutarco Elías Calles, creó el Partido Nacional Revolucionario (PNR) continúa el ritual de las sucesión omnímoda del dedo callista y las ceremonias fastuosas, con masas acarreadas, que aclaman al unísono el nombre del candidato. Los mítines multitudinarios integrados con el acarreo de campesinos, obreros y burócratas se han repetido miles de veces, de 1929 a la fecha, a lo largo y a lo ancho de la geografía nacional, con la consigna de gritar y repetir el nombre del abanderado del partido que ha renacido tres veces: Partido Nacional Revolucionario (PNR), Partido de la Revolución Mexicana (PRM), Partido Revolucionario Institucional (PRI). *1

“¡QUE VIVA EL QUE DIJIMO ENDENANTES!”
Cada cuatro y seis años, desde Sonora a Yucatán, ha sido lo mismo, enormes cantidades de gente, de regiones remotas, han sido acarreadas, sin que la mayoría sepa por qué los movilizan y el nombre del personaje al que son obligados a vitorear.
Eso dio origen a que se hiciera popular la frase de un animador que, desmemoriado, exclamó: “¡Que viva el que dijimo endenante….!”, refiriéndose a Pascual Ortiz Rubio, cuando el designio directo de Plutarco Elías Calles lo convirtió, en 1929, en el primer candidato del Partido Nacional Revolucionario (PNR). Ortiz Rubio fue presidente constitucional del 5 de febrero de 1930 al 2 de septiembre de 1932, fecha en que renunció.
La renuncia del famoso presidente “Nopalito” Ortiz Rubio originó que el dedo del Jefe Máximo de la Revolución señalara a Abelardo L. Rodríguez, presidente sustituto del 3 de septiembre de 1932 al 30 de noviembre de 1934.

“¡Que viva el que dijimo endenantes!”
En 1934 el índice callista designó al general Lázaro Cárdenas candidato a la presidencia, quien realizó intensa campaña por todos los confines del país con la consiguiente concentración de grandes contingentes humanos movilizados en trenes y camiones.
Lázaro Cárdenas, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1934 al 30 de noviembre de 1940, también usó el dedo para favorecer a su compañero de armas, el general Manuel Avila Camacho. *2

“¡Que viva el que dijimo endenantes”!
Manuel Ávila Camacho, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1940 al 30 de noviembre de 1946.El dedo marcó a:
Miguel Alemán Valdés, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1946 al 30 de noviembre de 1952. Su índice inscribió a:
Adolfo Ruiz Cortines, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1952 al 30 de noviembre de 1958. Sabio dedo escribió el nombre de:
Adolfo López Mateos, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1958 al 30 de noviembre de 1964.Prefirió a: Gustavo Díaz Ordaz, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1964 al 30 de noviembre de 1970. Escogió a:
Luis Echeverría Álvarez, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1970 al 30 de noviembre de 1976. De mala gana marcó a:
José López Portillo, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1976 al 30 de noviembre de 1982. No tuvo de otra que dibujar el nombre de:
Miguel de la Madrid Hurtado, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1982 al 30 de noviembre de 1988. Forzadamente devolvió favores a:
Carlos Salinas de Gortari, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1988 al 30 de noviembre de 1994. Muerto su preferido Luis Donaldo Colosio, escogió al menos peor:
Ernesto Zedillo Ponce de León, presidente constitucional del 1 de diciembre de 1994 al 30 de noviembre de 2000. Creó la sana distancia con el PRI. Se abstuvo. El PRI escogió a Francisco Labastida Ochoa, quien perdió las elecciones.

La alternancia panista
Vicente Fox Quesada, presidente constitucional del 1 de diciembre de 2000 al 30 de noviembre de 2006.
Felipe Calderón Hinojosa, presidente Constitucional del 1 de diciembre de 2006 al 30 de noviembre de 2012.
EN 2012 SE REPITIO “¡QUÉ VIVA EL QUE DIJIMO ENDENDANTES!” *3

“¡QUE VIVA EL QUE DIJIMO ENDENANTES!”
Hace tres semanas, el dedo callista (de Calles) reencarnado en el índice de Enrique Peña Nieto, jugaba con las cabezas de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación (tercer hidalguense con posibilidades presidenciables. Antes que él, Javier Rojo Gómez, jefe del Departamento del Distrito Federal en 1942; Alfonso Corona del Rosal, presidente del PRI, en 1960) y José Antonio Meade, secretario de Hacienda.
Ante el desencanto de nuestro paisano, la divina providencia tocó la testa de José Antonio Meade, ungiéndolo “candidato ciudadano por México”, postulado por tres partidos (PRI, PNA, PVEM).
Aunque le cambiaron el lema , y ahora es “Todos por México”, una incalculable mayoría de mexicanos acarreados, podría corear en los mítines, refiriéndose a Pepe Mid: “¡Que viva el que dijimo endenantes!”, y así será sucesivamente durante cinco meses…
*¡Que viva el que dijimo endenantes!, vulgarismo coloquial, en desuso, popular en las décadas de 1930 a 1940 .

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