que, después de que las dirigencias estatales y nacionales del PAN le cerraran la puerta a Cipriano Charrez para buscar su siguiente hueso, tuvo que registrarse en el proceso de selección interna del PRD para competir por la candidatura a diputado federal por Ixmiquilpan, exhibiendo su ya conocido estilo revoltoso, por lo que ahora enfrentará un inminente proceso de expulsión de las filas del PAN, al que solo ocupó para sus fines personales y donde deja un mal sabor de boca con su nulo “trabajo” como legislador local.
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que el Alcalde de Pachuca, Daniel Ludlow, quedó muy mal parado en redes sociales luego de defender lo indefendible y recibir una lección de civilidad de un internauta, quien tras ser increpado por el panista éste le pidió un debate serio, a lo cual, luego de dos tuits el panista, cual porrista de equipo perdedor, mejor se puso a intercambiar insultos con otro personaje.
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que en la secretaria de Seguridad Pública municipal de Pachuca, a cargo de Guillermo Vergara, no cesan los actos que manchan a la corporación policial, pues resulta que un elemento que acudió al reporte de un robo pretendió aprovechar la confusión y apropiarse de un celular que fue encontrado en la escena del delito para hacerlo perdidizo y atribuir la pérdida a los delincuentes. Sólo que los dueños del equipo rastrearon el equipo a través de su sistema GPS y agarraron al elemento con las manos en el celular.
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que en el PES de Hidalgo todo ésta tenso debido a que Daniel Andrade Zurutuza, líder estatal y diputado, y Alejandro González Murillo, líder del partido en el Congreso de la Unión, se resisten a apoyar a Andrés Manuel López Obrador tras la firma de una alianza, por lo que entre las huestes pesistas existe el rumor de que podrían abandonar el instituto político.
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que el secretario de Seguridad, Mauricio Délmar, debe estar muy atento de lo que pasa en la región de Tulancingo, donde se han detectado a niños halcones que trabajan para los huachicoleros que han establecido su base en la zona. Esta es una situación delicada que debe tomarse en cuenta y frenarse, para que no se convierta en un conflicto social.