La visita del precandidato Meade, con todo y sus asegunes de aquellos que aún ven con recelo que no haya sido el paisano el elegido, vino a poner un estate quiero a todos los que se sienten con derecho a ser los iluminados del señor para ocupar una curul en el Congreso de la Unión.
Y vino hacerlo nada menos en la tierra de los priístas más priístas del país, lo que levantó la ceja de muchos que de plano no están de acuerdo que nadie los venga a ningunear a su tierra.. Faltaba más.
Y en esos menesteres andaban, cuando la realidad les dio en la cara. Resulta que a pesar de las resistencias y de uno que otro berrinche, la sede del Partido estaba a reventar de simpatizantes ansiosos de hacer sonar sus matracas y vitorear al ahora candidato y todo como lo marca la liturgia tricolor.
Así que todos, olvidando que apenas hace pocos, pero muy poco meses, habían terminado con las ilusiones de un chingo de paisanos de verse sentados en la grande (y no es albur), estaban ahí con banderita, papelitos de colores y todos felices, como si nada hubiera pasado.
¡¡¡Que culeis!!!
Hubieran disimulado tantito.
Pero no, eso es lo que marca la disciplina partidista.
Lo cierto es que este bonito acto para mostrar que están con su candidato, sirvió para ir enseñando el músculo de los que pretenden, aspiran, suspiran llegar al Congreso para ahora sí cumplir con la misión de colaborar en el engrandecimiento de Hidalgo y de México.
Porque, para eso quieren el cargo, ¿o no?
Estamos claros que estos hombres y mujeres no buscan el poder por el poder, ¿cómo les puede pasar eso por la mente a los ciudadanos?
Y para eso están más que dispuestos a sacrificarse en bien de la patria.
Ahora empieza la mejor parte del sainete.
Comenzarán las consultas a las bases para que de manera democrática elijan a los mejores hombres, y mujeres que representen a sus regiones y ya electos después de haber recorrido los pueblos y rancherías, lleven a la Tribuna más alta del país las peticiones de los paisanos e ir delineando lo que serán las bases para desarrollar una legislación moderna, acorde con el momento histórico que vive México.
(Me cae que aquí el diccionario se me hace chico para escribir un chingo de palabras domingueras)
Ya en serio, éste es el momento en que los que no aparecían se hacen presentes, y los que aparecen mucho, consolidan su imagen y todos juntos van en camino de perfilarse a la designación de candidatos.
¿Habrá sorpresas en las designaciones?
Estoy segura que la mayoría estará pensando que “si no son ellos, pues de plano no ven quién más puede ser”.
Lo curioso es que ese pensamiento se convierte en una realidad contundente.
Entonces preparémonos para, primero confirmar que serán los mismos quienes buscarán ocupar esos cargos y, segundo, pedirle al cielo que si ganan se acuerden de los ciudadanos que votaron por ellos para llevarlos al cargo, y digo pedirle al cielo porque sólo un milagro los hace regresar a sus distritos, aunque sea nada más a visitarlos para compartir la gorra, perdón, el pan y la sal, o aunque sea una barbacoíta.

Palabras más, palabras menos.
El hecho que una mujer sea maltratada por su pareja debiera ser motivo suficiente para que las autoridades, sobre todo si son mujeres, pongan especial atención en el caso.
Pero así como el hubiera no existe, en algunos casos el debiera tampoco existe y a las mujeres autoridad les vale madre el principio de “apoyo a la mujer”.
Qué lamentable que este tipo de situaciones evidencia que la verdadera enemiga de una mujer, es otra mujer.