Cuando José Vasconcelos nació un día como hoy hace 136 años, no imaginó en lo que sus ideales se convertirían y lo que sería ahora la UNAM, un lugar creado para la investigación y estudio ,sí, pero hoy en día también un sitio de violencia, narcotráfico y asesinatos, y lo afirmo porque este fin de semana se ventilaron algunos de los muchos actos de vandalismo que por años se han producido dentro de las paredes de la institución más importante de nuestro país y algunas de sus facultades más prestigiadas.

Si José María Albino Vasconcelos Calderón, oaxaqueño quien fue rector de la UNAM creador del lema “Por mi raza hablará el espíritu”, viviera, se asombraría de saber que la Máxima casa de estudios, órgano de investigación, reconocido a nivel internacional por sus aportaciones a la ciencia, a la tecnología y a la salud, también es considerado un nido de cárteles de la droga en la ciudad de México en el que se protagonizan batallas por establecer el control del lugar.

Si este abogado, político, escritor, funcionario público y filósofo mexicano viviera, impulsor además de la educación indígena, la rural, la técnica y la urbana, que además creó bibliotecas, escuelas normales yfundó las misiones culturales, vería con vergüenza que su obra ha sido desvinculada del propósito inicial y los jóvenes llevados por los intereses personales, el crimen organizado, el anarquismo y las adicciones.

Si Vasconcelos viviera se encabronaría al enterarse que normales rurales formadoras de ilustres maestros fueron criminalizadas y destruidas para dar paso a instituciones hoy embarradas en el lodo de la corrupción y el desvío de recursos por políticos sin escrúpulos que sólo ven por su beneficio.

¿Y qué pasa en Hidalgo, en la UAEH? Pues que si Vasconcelos viviera vería con preocupación esta idea de socavar su autonomía al precio que sea. Y también se asombraría de que se venda alcohol dentro de la institución más importante de Hidalgo, y no es por sonar mojigatos, ni creer que como en universidades europeas no se pueda consumir quizá una copa o cerveza entre clases sin que ello implique emborracharse o perder el control; sin embargo, nuestro estado es catalogado como altamente consumidor de alcohol y los problemas por esta bebida han traído consecuencias fatales a lo largo de los años al no poder controlar su consumo.

En su tiempo Vasconcelos también apoyó la obra de los primeros muralistas, entre ellos Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, y otros, e hizo un trabajo extraordinario con los indígenas enalteciendo su valor, y riqueza cultural, valores que hoy están en el olvido y cuando menos en Hidalgo la cultura pilar del desarrollo armónico de los pueblos guarda el sueño de los justos y olvida a hombres y mujeres internos en reclusorios, porque ésos ya no necesitan cultura, que chingados.

Así que a este educador de excelencia le debemos su intento por convertir a México en capital cultural de América Latina, lo que debería de ser como un homenaje a su visión y no los remedos de cultura que se dejan de lado por la falta de recursos, sin darse cuenta de que un pueblo sin cultura está condenado al conformismo y a replicar estereotipos que en nada aportan al engrandecimiento de hombres y mujeres.

PALABRAS MÁS, PALABRAS MENOS
Finalizo esta colaboración recordando una de las frases más emblemáticas, trascendentales de este luchador social y a quien deberíamos citar sobre todo cuando intentamos hablar de cambio y renovación en este país tan desgarrado, humillado y utilizado para intereses particulares sólo de algunos cuantos: “un pueblo que pierde la fuerza necesaria para sacudirse el yugo, acaba por venerarlo.”