Para desayunar en Pachuca no sólo se encuentran pastes; otros alimentos que son tradicionales. Pero, ¿dónde están los más conocidos del centro?

Tamales Sarita
Diariamente los hermanos Isael y Víctor Melo ofrecen uno de los productos alimenticios más ricos de la región; así lo avalan sus clientes, quienes desde hace 16 años visitan su puesto Tamales Sarita, en la esquina de calle Julián Villagrán y Guerrero. El nombre se lo deben a su madre, ella les enseñó el oficio, quien a su vez, heredó el sazón.
Tres generaciones respaldan el sabor y consistencia del tamal, afirmó Isael, además de la constancia, pues desde las 7 hasta las 10:30 de la mañana la gente los busca. Aunque el trabajo comienza desde las 4 a.m., para hacer entre 280 o 300 piezas, así garantizan que diariamente estén frescos.
Señaló que, ellos buscan mantener la torta en 12 pesos, y el tamal en 10, igual que el atole.

Tamales El Pato
Son 12 años en el mismo lugar, en vía Miguel Hidalgo, esquina con Ocampo; actualmente son seis los integrantes de la familia Moreno que tiene como sustento este negocio, ellos llegan a las 8 y se van a las 10:30 de la mañana, dijo Victor Moreno.
Explicó que de 200 a 250 piezas venden diariamente, a pesar de que conservan la receta de su madre, no se conforman y ya decidieron diversificar sus productos alimenticios, para atender a los cientos de pachuqueños que transitan por la vía pública.
“Tenemos clientes de años, la gente ya nos conoce”, afirma Víctor, mientras rebana la última torta que le queda para rellenarla con un tamal de rajas. Éste es el sabor que más venden, pues en lugar de pollo ellos le agregaron queso oaxaca.

Tamales Marco
La gente reclama la falta de compromiso, dice el señor Marcos Escamilla, quien aprendió por necesidad a hacer tamales; con práctica y la opinión de la gente, logró mejorarlos.
Cumplió 23 años de tener su puesto en la calle Matamoros, a un costado del Reloj, donde lo visitan turistas de Veracruz, Oaxaca y Guerrero, de lunes a sábado de 9 a 11 de la mañana y de 7 a 9 de la noche.
“Nunca dejamos de venir, porque la clientela te reclama. Muchos turistas vienen y me buscan, por eso yo no salgo de aquí”, aseveró.
Con sus ventas pagó la carrera de sus tres hijos, uno es licenciado en Comercio Internacional, otro es arquitecto y el más pequeño estudia enfermería, aunque busca ser médico, pero los tres contribuyeron en algún momento en el negocio. Además del sabor, a sus 59 años también tiene buen trato con la gente, quizá por eso es de los más buscados en la zona.

Martha de la Rosa | Pachuca

También te puede interesar:

http://criteriohidalgo.com/suplementos/por-que-la-comida-nos-recuerda-etapas-de-nuestra-vida