Por la diversidad climatológica en Calnali, que se refleja en la flora y fauna, la gastronomía es una experiencia que hay que probar. Por eso, Fin de Semana recomienda lo que no debes dejar pasar, así que ¡prepára tu estómago y paladar!

Una de las delicias más conocidas de Hidalgo es el Zacahuil; es decir, un tamal de grandes dimensiones, elaborado con masa de maíz, carne de puerco o de pollo, varios tipos de chile y jitomate, que se envuelve con hojas de plátano. La cocción se da en horno de barro y se puede disfrutar en tianguis, restaurantes y comedores de localidades como Santa Lucía, Coyula y Papatlatla. Una porción bien servida tiene un costo aproximado de 35 pesos.

En la cabecera municipal hay enchiladas entomatadas, salsa verde y ajonjolí, ensalada de lechuga y una cecina de res jugosa. Los precios son variables según el restaurante o cocina económica que elijas.

El Tlapanili es un caldo condimentado con hoja de aguacate o epazote, adobado con masa de maíz. Sus principales ingredientes pueden ser camarones, hongos, camote de hoja de luna, tortilla y frijoles. Es un manjar tradicional, aunque poco conocido en comunidades como Papatlatla, Tula, Coamitla, Techichico y Ahuacatla. Otra delicia para saborear es el pescado enchilado o salado envuelto en hoja de totomoxtle (cáscara u hoja que cubre la mazorca), asado en comal de barro. Es cocinado por mujeres de Atempa, Papatlatla y Tula, con secretos culinarios que hacen la experiencia una sorpresa.

Además, en Calnali se pueden probar las conservas de frutas, debido a que en el lugar se ubican moliendas de caña que producen miel. Las conservas se cocinan con piloncillo y se destilan en alambique para obtener el aguardiente, característico de esta región.

¿Antojo de algo dulce? Para ello, las torrejas, que es pan capeado y endulzado con piloncillo y canela, compañía perfecta para un atole de camote, caña, calabaza, ciruela o sólo con un café de olla.

Martha de la Rosa I Pachuca