Después de que alguna vez lanzaron una carretilla a la cancha del Estadio Azteca y de que incluso fueron auténticas aves de rapiña al lucrar con las credenciales que el Club América les otorgaba para entrar gratis a los partidos, hoy los barristas de las Águilas parecen, pareeecen, unas inocentes palomitas.
Resulta que desde el torneo pasado en el Coloso de Santa Úrsula, decidieron retirar la malla en la Cabecera Norte, con el riesgo de que a uno de sus angelitos se le ocurriera invadir el terreno de juego y entonces todo se descontrolara, pero nada de eso ocurrió.
Y aunque no lo crean, para que esto no sucediera, no hubo amenazas de por medio. Resulta que la relación entre los integrantes de las barras del América con la administración del Estadio Azteca ha mejorado tanto, que no sólo han abandonado los desmanes sino que se han convertido en auténticos pequeños empresarios.
Cualquiera que haya ido recientemente al Coloso de Santa Úrsula habrá notado que barras como el Ritual del Kaoz disponen de un espacio en la explanada para vender sus productos, que otros de los puestos están comandados por quienes hace años participaban en las trifulcas y que incluso el local de La Monumental es uno de los mejores producidos ya que venden su mercancía de manera muy profesional, hasta con cajas que llevan impreso el escudo de la barra.
De esa manera, cualquiera que compre un pin, una bufanda o una playera sale bastante satisfecho con la adquisición y así, de pilón, los elementos de seguridad no tienen que estar preocupándose por contener las riñas porque los antiguos rijosos hoy andan muy ocupados haciendo “bisnes”.

De uña y mugre
Ya les había platicado hace unas semanas de la relación que tienen los futbolistas extranjeros en Pumas.
Entre Nico Castillo, Mauro Formica y el recién llegado Matías Alustiza han armado un tridente que en ocasiones funciona dentro del campo, pero que normalmente comparte muchas cosas lejos del terreno de juego.
Peeeeero en esta ocasión se sacaron un 10 formando parte de los seguidores del conjunto femenil del cuadro felino. Y es que aunque las chicas de Pumas han sido observadas por jugadores del primer equipo como Bernabé Magaña, Brian Figueroa y Alan Acosta, pocas veces otros futbolistas se han quedado un rato después del entrenamiento para ver el cotejo de la femenil.
La semana pasada fue ni más ni menos que el tridente sudamericano el que vivió la goleada ante el Cruz Azul.
Ojalá se haga una bonita costumbre en todos los jugadores de la Primera División y más en Pumas, pues vaya que pueden contagiarse un poco de la garra que le ponen las mujeres y ellas se van a mega motivar con su presencia.

San Cadilla I Reforma