En Pumas no quitan el dedo del renglón para buscar un portero, según la directiva y el cuerpo técnico para meterle presión a Alfredo Saldívar, a quien presumieron en un inicio como el heredero de las glorias de Jorge Campos, Sergio Bernal y hasta del “Pikolín” Palacios, canteranos que recibieron la responsabilidad de defender el arco universitario tras el retiro de sus antecesores y al que otorgaron la titularidad.
Siiiiin embaaargo, por ahí dicen las malas lenguas que este afán de andar hurgando por todos lados es porque en realidad están intentando traer un guardameta con más experiencia, con el objetivo de sentar a Saldívar, que a decir de la dirigencia se comió 8 goles nada más el torneo pasado, que les dolieron como a nadie y que más de uno pone en las cuentas para explicar por qué Pumas fue el sotanero del Apertura 2017.
En los juicios de la actuación de mi carnalito Saldívar está incluso la cuenta exacta de cuántos puntos perdió el equipo por sus errores.
Algunos consideran que Saldívar está muuuy sobrado y que en lugar de crecer emocional y futbolísticamente tras la salida de Alejandro Palacios, pasó todo lo contrario, pues se sintió el último Manuel Neuer del desierto y agarró la postura de creer que nadie de abajo podría subir al primer equipo a quitarle el puesto.
Incluso y aunque el portero Jorge Villalpando diga que nunca entró en contacto con la dirigencia de Pumas, me enteraron de que los auriazules preguntaron tooodo tipo de detalles de él: sueldo, cualidades, sus reacciones en situaciones de presión, pero cuando los dirigentes vieron las críticas que les llovieron en las redes sociales, donde el 100 por ciento de los que navegan por ahí se horrorizó y reprobó la posible llegada del veterano arquero, pues entonces decidieron dar marcha atrás en su idea de contratarlo, pensando en que iba a resultar contraproducente, ya que encontrarse con tanto rechazo desde el inicio no le iba a ayudar en nada ni a Villalpando ni al equipo que bastante apaleado ya está.