Conforme se acercaba la hora de la final regia, la afición se fue envolviendo más en el calor del partido.
Cientos de carnicerías del área metropolitana lucieron abarrotadas, con largas filas de personas que fueron a buscar carne para asar en sus casas, afuera del hotel de concentración de Tigres fue el punto de reunión de los Libres y Lokos, quienes entonaron cánticos, a la espera de la salida del equipo, en San Pedro.
En tanto, dentro del estadio BBVA Bancomer ya se realizaban ensayos de la presentación de los equipos, que incluyeron banderas gigantes de Rayados y Tigres, y otra de la Liga MX.
Afuera del inmueble, los fans llegaron temprano para evitar contratiempos como el tráfico que, además, fue saturado por aquellos que salieron a realizar las compras decembrinas.
El estadio BBVA Bancomer, desde muy temprana hora, comenzó a pintarse de azul y blanco.
A menos de una hora del inicio de la final, las tribunas del Gigante de Acero poco a poco se iban poblando de seguidores rayados.
Por los diversos accesos al estadio, era notable la cantidad de seguidores albiazules, que fueron ambientando la vuelta de la final entre los Rayados y los Tigres.
Desde el puente que conecta a la Expo Guadalupe con el estadio y por la Avenida Pablo Livas ya se apreciaba el color del clásico regio.
Adentro del recinto, los aficionados poco a poco se ubicaron en sus butacas.