Cuando me enteré de que Nestor Calderón no había salido de Pumas tras la limpia que se hizo a finales del torneo pasado, la neta es que no di crédito, y es que si no me echo un clavado a la página de la Liga MX, ni cuenta me doy de que ahí sigue registrado.
El Avión, quien llegó en medio de muchas expectativas porque acababa de ser campeón con Chivas, y quesque iba a ayudar al equipo de Francisco Palencia tras la ausencia por lesión de Pablo Barrera, finalmente se convirtió en una de las decepciones más grandes del equipo en los últimos años.
Tal parece que el carácter de este jugador es tan endeble que no ha podido reponerse al hecho de que ni a la banca lo sacan, y en lugar de mostrar agallas para superar esta situación, mejor prefirió convertirse en uno de los becarios de la institución auriazul.
No lo pueden echar porque tiene contrato vigente. Dicen que lo intentaron negociar hace unos meses para que se fuera a préstamo a otro equipo, pero nadie lo quiso.
Así que entrena y cobra como cualquier otro, la única diferencia es que los domingos ve los partidos desde la tribuna.
En la Copa MX, que es donde lo han desempolvado, sólo tiene dos partidos jugados, uno de ellos como titular, para sumar un total de ¡84 minutotes de juego en todo el torneo!
Así que desde hoy me postulo para la “Beca Calderón”. ¡Yo quiero una!

No olvidan al Chaco
A diferencia de estadios como el de Pumas, en el que el sonido local trata con desdén y desprecio a los rivales, en el Azul son todo corazón.
Y es que al encargado de la megafonía de la casi excasa de Cruz Azul le valió gorro que Christian Giménez ya sea miembro del “enemigo”, porque el sábado pasado, quizá contagiado de que la tribuna, ya coreaba a todo pulmón al “Chaco” cuando ingresó a la cancha en el cotejo entre La Máquina y el Pachuca.
La voz del Azul anunció la modificación de los Tuzos mencionando el apodo de Giménez, y no sólo el nombre del futbolista argentino naturalizado mexicano.
Es decir, el sonido local informó de la entrada del Chaaaco como en los viejos tiempos, cuando militaba en el Cruz Azul.
Lo que sí es que la banda no se molestó ni tantito por lo que hizo su “sonidero” y hasta celebró la mención a Giménez, porque lo recibió con una carretada de aplausos y una sonora ovación.
Por eso no fue raro ver al final del cotejo, cuando los jugadores cruzan la cancha hacia la Plaza de Toros para subirse al autobús y abandonar el lugar, que la gran mayoría de los aficionados que esperaban un autógrafo con playera celeste, estuvieran casi en media cancha para cazar al Chaco Giménez para pedirle un autógrafo cuando saliera del vestidor del rival.

San Cadilla I Agencia Reforma