Cuatro bajas tuvo Pachuca para el partido ante Gallos Blancos de Querétaro, algo que pesó mucho para llevarse una goleada. Hirving Lozano y Emmanuel García eran las ausencias contempladas, pero Franco Jara y Erick Gutiérrez tampoco pudieron formar parte del encuentro por molestias en el muslo y el pie, respectivamente, de manera que Diego Alonso se quedó sin piezas importantes de su esquema.

Y es que Chucky y el Jinete son importantes en la ofensiva, mientras que Manny es un baluarte de la defensa y Guti es el engrane que conecta el medio campo y el ataque, algo que le hizo falta en este encuentro, en el que no encontraron el funcionamiento adecuado para dar pelea.

Y es que en los jugadores que alinearon no hubo mucho aporte para marcar diferencia. Stefan Medina lució perdido en la lateral izquierda al no ser su perfil natural y se confió abriendo la puerta para el primer gol de los Gallos; entre Roberto Alvarado y Erick Aguirre no generaron mucha inquietud en los rivales por la zona izquierda, mientras que Braian Rodríguez intenta y lucha, pero no puede ser ese hombre distinto en el frente de ataque.

Con el joven Tony Figueroa el Tornado buscó dar un giro a su equipo con su regate y habilidad, pero tampoco pudo generarlo, siendo Juan José Calero el que más peleó y metió ímpetu, aunque no encontró la llave para hacer el gol, al igual que Sergio Vergara, que no tuvo balones para intentar algo en el tiempo que estuvo en la cancha.

Ahora tendrá que trabajar mucho Alonso y su equipo en la fecha FIFA, esperando que ese descanso les ayude para recuperar a los elementos lesionados y pueda volver a ser un cuadro sólido de cara a los importantes compromisos que enfrentará en abril, en liga y Concachampions, por lo que caerá bien la pausa para tomar un respiro antes de la agitada actividad que tendrán.