Señoras y señores, es indudable que en la jornada 2, el equipo que mejor se vio fue el Toluca, un cuadro que renovó de forma muy bonita su estadio, el Nemesio Diez, siendo un inmueble pequeño, pero comparable a algunos del futbol inglés, por su capacidad, tecnología y su forma de tener tan cerca la cancha.

No han terminado todavía y el trabajo que ha hecho Valentín Diez y su grupo es muy bueno, de cara a la inauguración que será en mayo contra algún equipo de renombre, quizá de Sudamérica.

Vencieron 2-1 al America, bien ganado, con dos anotaciones fantásticas de Gabriel Hauche y Jesús Méndez y pudieron haber ganado por más de no ser por un penal de Fernando Uribe que detuvo Agustín Marchesín, que para variar fue lo mejor que mostró el América.

Este América, que presentó su nuevo uniforme, que no se quién se lo diseñó porque créame que está bastante feo, parecen verdolagas en el terreno de juego. Qué diferencia con el Toluca que sacó su característico uniforme rojo y que además demostró que se armó bien y contrató jugadores importantes. Estos Diablos pueden llegar a ser un buen contendiente, que va a buscar el campeonato y si no es de los grandes por popularidad, sí por títulos, pues ya tiene 10 en el futbol mexicano y lo ha hecho bien.

El otro partido que destacó fue el Pumas-Cruz Azul; los universitarios llegaban con una derrota a cuestas y los celestes habían ganado. El Estadio de Ciudad Universitaria se llenó, acabó con la paternidad cementera, porque los auriazules no ganaban desde el Apertura 2010.

Pasando a otro tema, lo que creo es que los árbitros tienen que unificar su criterio de marcación, mucho del partido queda a la valoración de los silbantes, y eso lo tiene que trabajar mucho la Comisión de Arbitraje, que maneja González Iñárritu, y él a su vez depende de quien maneja el futbol mexicano, que todo el mundo sabe quién es. Hay que ver lo que le hicieron a Chivas, lo tasajearon contra Monterrey. La primera expulsión del Gallo Vázquez está bien, se la merece por entrar con una plancha, pero la roja a Jair Pereira, por poner una pelota en movimiento e intentar hacer un despeje, el árbitro lo amonesta por tardarse, el jugador hace una seña de disgusto, que no va contra el árbitro y le saca la roja porque piensa que le recordó a su mamá. Los árbitros lamentablemente, cuando quieren tomar el protagonismo del partido, lo toman y lo deciden todo, y le puso en bandeja el partido a Rayados, que le alcanzó para empatar, porque el portero Cota tuvo una actuación brillantísima y Chivas se murió en la raya.

Si los árbitros se siguen manejando de esa forma, aunque hayan quitado a Codesal, los mismos que lo pusieron, lo cual habla de las traiciones que hay en este gremio, cada quien hace lo que quiere. Es urgente que el arbitraje se profesionalice y que además de que ya está bien pagado, sea cada vez mejor y hay que exigirles que no se equivoquen de manera descarada.