Apenas pisó México y Andrés Ibargüen ya sintió la intensidad que representa América.

El futbolista colombiano aterrizó esta mañana en la Ciudad de México para reportar con las Águilas, pero nada hizo más ruido como la euforia que provocó el exjugador de Racing Club entre unos 60 aficionados azulcremas que se dieron cita en el
aeropuerto capitalino.

Ibargüen, quien llegó procedente de Buenos Aires, pegó una carrera a toda velocidad para desmarcarse de las barras de animación, La Monumental y Disturbio 77, con las que convivió y posó para tomarse fotografías antes de emprender la huida en una camioneta. Y todo porque los ánimos se calentaron entre los miembros de seguridad del aeropuerto y los grupos de animación, tras la abrupta salida del jugador.

Pese a ello, el colombiano se dijo motivado por el recibimiento y prometió dar todo por la playera
del América.

“Estoy contento de dar este paso, este club es el más grande. Espero llenar las expectativas, estar a la altura y saber que a este equipo sólo le sirve ser campeón”, dijo el colombiano.

Asimismo, señaló que su llegada al conjunto emplumado no fue complicada, debido al interés de todas las partes para llegar a un acuerdo.

“Es motivante llegar a este club, ellos se interesaron y la verdad es que de parte mía y de mi representante hubo un gran esfuerzo para llegar acá. Dios mediante podamos ganar muchas cosas”, comentó Ibargüen.

Con el cafetalero ya en el Nido de Coapa, y la llegada del volante francés, Jérémy Ménez, quien aterrizó ayer por la tarde en la capital del país, procedente de Alemania; el América continuará con su preparación de cara al encuentro de la jornada 2 ante Pachuca.

El cuerpo técnico águila esperará los resultados de los exámenes médicos para determinar si el sudamericano y el europeo pueden tener actividad ante los hidalguenses este fin de semana.
Los americanistas vaya que se hicieron sentir en las instalaciones del AICM.

Al final los policías y aficionados terminaron a empujones, luego que Ibargüen se acercara con los hinchas para convivir, afortunadamente no pasó a mayores.