Al año México desperdicia 28 millones de toneladas de alimentos, de los cuales 32 por ciento, 9 millones de ellos, son de precosecha, según estimaciones del informe Caracterización y gestión de la pérdida y el desperdicio de alimentos en América del Norte.
Aunque el productor haya utilizado una buena semilla, realizado adecuadamente su fertilización y esté a punto de cosechar, son los fenómenos climatológicos como las heladas y sequías los que pueden provocar el desperdicio de alimentos, refirió Gerardo Noriega, investigador en el área de agronomía de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).
Asimismo, cuando el precio de mercado cae, el agricultor decide ya no cosechar, pues agregando los costos como los salarios del personal que contratará para recolectar y la inversión en el traslado, en ocasiones ya no le conviene porque no obtendrá ganancias, dijo Noriega.
“De repente el precio se cae y cuando el productor le suma lo que cuesta la caja, más el corte y lo que le está pagando el mercado, pues se empatan los precios, entonces ya no corta y ahí se pierde la producción”, detalló.
Destacó que si en México existiera una industria más desarrollada que se dedicara a la transformación de alimentos, en momentos donde se cae el precio se podrían mantener los productos, por ejemplo, las frutas estarían bajo procesos como la deshidratación o en conservas.
Con un desperdicio total (independiente de la etapa) de 249 toneladas per cápita, México es el tercer país que pierde más alimentos por habitante en lo que refiere a la región de América del Norte, de acuerdo con dicho informe que realizó la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA).
Agencia Reforma
Ciudad De México