La región que comprende Tula y Tepeji del Río, en Hidalgo, junto con Apaxco, Estado de México, que conforman un corredor industrial, tiene detectadas al menos 155 fuentes de contaminación, que por su peligrosidad colocan a esta región con el calificativo “de sacrificio”.

De acuerdo con el doctor Raúl Montenegro, ambientalista y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, en Argentina, el riesgo para la salud humana “es de tal magnitud que el resultado es una vasta región de sacrificio para una población cercana a las 60 mil personas”.
Esta declaración la realizó durante una visita, junto con varias organizaciones de activistas en pro del medio ambiente.
De acuerdo con el registro de emisiones y transferencias contaminantes, elaborado por la Semarnat, industrias de este corredor producen 33 veces más dióxido de azufre que todo el Valle de México, concentra 30 fábricas que generan 681 millones 892 mil 194 toneladas de sustancias tóxicas al año.
Las organizaciones civiles también colocaron como las principales fuentes contaminantes del aire, tierra y agua, a las empresas cementeras que realizan la quema de productos químicos como combustible en sus hornos, generando emisiones altamente dañinas.
Junto a este sector productivo, que es acompañado por empresas productoras de cal y demás minerales no metálicos, están grandes empresas como la refinería Miguel Hidalgo de Petróleos Mexicanos y la termoeléctrica Francisco Pérez Ríos, ambos generadores de cientos de toneladas anuales de contaminantes a la atmósfera al realizar sus procesos a partir de combustibles fósiles.
De acuerdo con los inconformes, entre los que figuran la Fundación para el Desarrollo Integral Apaztle, el Laboratorio de Investigación en Desarrollo Comunitario y Sustentabilidad, así como el Frente de Comunidades en Contra de la Incineración y el Movimiento Ambientalista Pro-Salud, la zona requiere de una atención inmediata y urgente.
En este sentido, plantearon una complicidad de las autoridades ambientales del gobierno federal y estatal, de manera muy cercana con los gobiernos municipales, que han otorgado todo tipo de permisos para que las empresas devasten la zona sin mayor regulación.