Niños vestidos de inditos; mujeres y hombres con cuadros o imágenes en brazos; música de viento, cánticos de algarabía y rezos, fue el inicio de la celebración religiosa por el 486 aniversario de la aparición de la virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac, según indica la tradición católica.
Desde el viernes, peregrinos y feligreses se desplazaron por calles de la ciudad. Los religiosos caminaron a pie la avenida Vicente Segura, para de ahí doblar sobre Adrián Guerrero y arribar a La Villita.
En el templo, se podía ver tanto a policías como enfermeras; taxistas o pregoneros; comerciantes o albañiles, quienes acudían expresar su devoción a la imagen más alabada en México.
Sin embargo, ayer la afluencia fue notoria, con el estallido de cohetones por decenas, que se oyeron en toda la ciudad; asimismo, de peregrinaciones que visitaron el hogar de la Morenita del Tepeyac, en Pachuca, templo que Juan Pablo II decretó en 2004 como basílica menor.
La avenida Juárez fue cerrada a la circulación para permitir la instalación de comerciantes. El Tuzobús desvió su ruta por Cuauhtémoc para dar paso a los devotos.
El transporte y la vialidad volverán a su normalidad en punto de la medianoche del 13 de diciembre, cuando levanten los puestos por el festejo.