Sumado el acontecido el domingo en Tulancingo, desde 2014 hasta lo que va de 2017 se han registrado 13 decesos en barandillas o áreas de retención primaria de las direcciones o secretarías de Seguridad Pública de los municipios del estado.

De acuerdo con un recuento del diagnóstico de barandillas que realiza la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH), el año con mayor incidencia fue 2014, con seis casos.

El estudio da cuenta que en agosto de ese año hubo una muerte en las barandillas de Pachuca, El Arenal, Huejutla, Tezontepec, Tlanchinol y Xochiatipan, respectivamente. Cuatro sucedieron por suicidio, una por broncoaspiración y sólo en un caso no se especificaron las causas.
En 2015, sólo ocurrió una defunción, acaecida en la galera de Tula, cuya causa fue una broncoaspiración.

El año siguiente, 2016, se reportaron cinco decesos. En dos de los casos la causal fue suicidio, en San Agustín Tlaxiaca y Tolcayuca, en septiembre y noviembre, de manera respectiva.

En Tulancingo de Bravo se registró un suicidio en marzo de ese año, al igual que en Zapotlán de Juárez; mientras, en Tlanchinol se tuvo el fallecimiento de otra persona, sin especificar causas.

Por los casos, la CDHEH se pronunció por que los municipios instalaran circuitos cerrados para garantizar la seguridad e integridad de las personas detenidas, así como capacitar a los elementos de Seguridad Pública y dar-
les seguimiento.

Asimismo, adiestrar a los agentes para dar debido seguimiento a detenidos que se encuentran “en estado de alteración emocional, de ebriedad o cualquiera otra intoxicación”.

De acuerdo con el organismo, sólo 14 municipios tienen circuito cerrado, pero realizan grabaciones de menos de 30 días, mientras que cinco más cuentan con esta tecnología, pero el personal de Calnali, San Agustín Tlaxiaca, Tepeji del Río, Tula de Allende y Tulancingo desconoce el tiempo de grabación de los dispositivos.