Este jueves la historia de Crisanto Hernández de la Cruz, vecino de Xochiatipan, será conocida por muchos porque está considerado como uno de los 12 mexicanos más pobres, lo cual es la contraparte de los hombres considerados como los más ricos del país.

El colectivo de cronistas iberoamericanos denominado Cuadernos Doble Raya profundizó en las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (Coneval) para encontrar –en contrapartida a la lista de los 12 hombres más ricos de México que publica la revista Forbes–, los 12 mexicanos con mayor pobreza.

Allí es donde aparece el campesino huasteco Crisanto Hernández, de 56 años, que adolece de servicios y esperanzas de algún día contar con dinero suficiente para alimentarse.

Este trabajo narrativo quedó plasmado en un libro que Editorial Planeta presentará hoy, en el cual se relata la historia de estos mexicanos que cada día son más pobres y tienen mayores insatisfacciones.

Plantean los integrantes que conocen los rasgos y hasta las costumbres de los supermillonarios del país, sin embargo, no habían tomado una pausa para entrar a los hogares con más carencias y que representan más de la mitad de la población.

El texto hace notar que 2 millones de mexicanos se sumaron recientemente a los más pobres. La detección de los 12 mexicanos con más pobreza fue producto de una investigación en las cifras de Coneval, entre las cuales figuran, en su mayoría, indígenas que habitan zonas rurales.

Crisanto Hernández expone que sus hijos tuvieron que migrar por falta de trabajo, “en veces sembramos maíz, frijol o chile y con la sal, es todo”.

“Imagínese que aquí nos dieran unas asesorías, imagínese un cultivo de peces”, mencionaHernández mientras señala un transparente riachuelo.

Dentro de los materiales que serán presentados, entre ellos un video, el indígena se lamentó, “yo no sé por qué el aire me trató así”.

Intervienen algunos actores de Xochiatipan, donde reafirman los niveles de pobreza de los indígenas, como el sacerdote Arturo Zavala, quien señala que muchas familias no tienen techo, “tienen sólo un cuartito, sin el piso y así se duermen y comparten la vida”.

Junto a las experiencias de Crisanto se encuentran otras once, todas ellas de las entidades con mayor rezago económico y alta marginación como Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Chiapas.