Sentado frente a un pupitre anaranjado está Kevin Villanueva López, resolviendo, con lápiz en mano, una división aritmética que esa mañana le  puso su maestro en el cuadernillo de trabajo. Discretamente, usa los dedos de su mano izquierda para sumar y restar para así acercarse  al resultado.

“Es un alumno con mucho potencial”, dice Cristian Campos Escamilla, instructor comunitario, quien detalla que ha desarrollado fácilmente los cuatro campos formativos de la educación básica: lenguaje y comunicación; pensamiento matemático; exploración y comprensión del mundo natural y social, y desarrollo personal y para la convivencia.

Además de ser participativo dentro de la primaria Juan de la Barrera, administrada por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) en San José Palacio, localidad que desde 2012  se encuentra en controversia por ser reconocida jurídicamente por Epazoyucan o Mineral de la Refoma, Kevin es reconocido por el mérito que logró el año pasado: ganó el primer lugar estatal del 39 concurso nacional de pintura infantil El Niño y la Mar, organizado por la Secretaría de la Marina (Semar).

Con 11 años de edad, recuerda cuando asistió a la residencia oficial de Los Pinos, en julio de 2016, a recibir el reconocimiento de manos del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y de su esposa, Angélica Rivera Hurtado, la Gaviota, como él le llama.

“El presidente me dijo que siga así, echándole ganas. Después me dieron un reconocimiento, una bicicleta, unos libros, colores, lápices, gomas y un sacapuntas. Otro día nos llevaron a Veracruz (al puerto donde visitaron la zona naval) y volvimos a ver a la Gaviota, señala el joven estudiante, quien se chivea cada vez que le preguntan cómo es la primera dama.

Por parte de la administración del exgobernador veracruzano Javier Duarte –hoy prófugo de la justicia–, el pequeño recibió un reloj de mano de los Tiburones del Veracruz, equipo de fútbol representativo de ese estado.

Además de las matemáticas,  le apasionan las ciencias naturales y el cuidado del medioambiente; por eso, decidió participar en el concurso infantil: pintó un barco de la marina persiguiendo a otro, con maleantes, que contamina el mar con químicos que arroja. En el diseño, el niño hidalguense reflejó peces llorando.

A pesar de que les gusta su escuela, Kevin y sus otros diez compañeros esperan recibir  apoyo por parte de las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP), de la Conafe e, incluso, de los municipios aledaños, Mineral de la Reforma y Epazoyucan, pues padecen carencias.

“Pedimos que nos apoye cualquiera de las dos autoridades municipales (Epazoyucan o Mineral de la Reforma) donde se asienta la escuela para poder solventar el pago del agua. También, que nos pudieran apoyar de alguna forma con infraestructura o materiales didácticos, ya que son escasos. Los niños están esperanzados en que algún día puedan tener internet”, añade el instructor comunitario de la escuela.

 La primaria Juan de la Barrera se quedó sin agua desde noviembre de 2016, pues el recibo llegó de 7 mil 798.10 pesos. Sin embargo, no cuentan con los recursos para liquidar el adeudo.