Ladrilleras, fuente de trabajo y contaminación
 
Hace (78) meses
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La producción artesanal de ladrillos es una actividad que desde hace años brinda empleo a cientos de familias de Tulancingo; sin embargo, los pobladores recriminan que las autoridades ambientales sigan permitiendo la contaminación que producen los hornos ubicados en la colonia El Paraíso.

Los vecinos viven y sobreviven a esta actividad con resignación. “Al final de cuentas, los dueños de las ladrilleras llegaron mucho antes que nosotros, pero diariamente, a toda hora, se puede apreciar el número elevado de columnas de humo que invade nuestras viviendas”, dijo un poblador.

La reubicación de esos negocios es algo de lo que se ha hablado durante años por parte de las autoridades, ya que se encuentran en una zona urbanizada, densamente poblada; sin embargo, la acción se ha postergado pese a la contaminación generada en esta zona.

Son más de 30 ladrilleros ubicados en la localidad El Paraíso, que se resisten a dejar morir este oficio.

“La gente dice que contaminamos, pero no quemamos llanta, tenemos un permiso de Ecología”, explicó Félix Hernández Lozada, dueño de una ladrillera.

Al iniciar la fabricación de ladrillo, se debe tener lista la materia prima: el barro.

“Nosotros tenemos que comprarlo para hacer el tabique y está caro, el viaje está en mil 250 pesos. No se gana mucho, cada ladrillo cuesta 1 peso con 50 centavos”, indicó otro propietario.

El horno se alimenta con aserrín, la etapa más agobiante que tienen que vivir los artesanos, ya que las temperaturas son muy altas. “Vivimos de esto, no hay de otra. Es un trabajo artesanal poco valorado, sin tomar en cuenta que es la garantía de que una casa quede fuerte, de mejor calidad”, añadió.

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