lupita no tiene una cuarta parte de su rostro por un cáncer que le carcomió el ojo izquierdo. De su cara sale pus y un olor putrefacto. Postrada en una cama en espera de que alguno de sus cuatro hijos le acerque agua o la bañe, sufre una desnutrición, diagnosticada por médicos como severa.

A sus 70 años, la mujer habita en una casa gris a medio terminar, ubicada en la calle Leandro Valle, en el barrio Mexiquito de San Agustín Tlaxiaca, justo frente a la residencia del expresidente municipal Arturo Hernández Máximo.

El político, refieren vecinos y familiares, le regaló una
cama y una silla de ruedas, pero no la apoyó con un tratamiento o medicamentos.

La casa de Guadalupe Máximo Hernández, como dice llamarse, tiene un patio de tierra y tres cuartos. Donde ella se encuentra postrada, las paredes son blancas y el espacio reducido; tiene un altar con dos imágenes de vírgenes, agua oxigenada, gasas, unas tijeras, una veladora y un rosario.

Acostada sobre su lado izquierdo, en una cama hecha con dos colchones, se visualiza la mitad de su cara y algunas moscas que vuelan a su alrededor.

Su rostro descansa en una almohada que alguna vez fue blanca. Luce gotas de sangre, ese líquido que emana de su herida, la que no han tratado y para la que no toma medicamentos.

Convaleciente, expresa no se encuentra sola, ya que Dios y la Virgen están con ella.

Recuerda que tiene cuatro hijos que la visitan esporádicamente, aunque uno de ellos tiene su vivienda en el mismo terreno donde ella  se encuentra.

La doctora Esperanza Cruz le pregunta si algo le duele. Ella contesta que no, pero en su rostro se refleja la falta de atención al cáncer que la aqueja.

Algunos especialistas que con anterioridad la atendieron, entrevistados por Criterio, señalan la gravedad del caso.

Lupita requiere ser traslada a un hospital de segundo  o tercer nivel para que reciba tratamiento; sin embargo, su familia no otorga el permiso. Otra opción  es que el Estado intervenga, pues se encuentra en riesgo su vida, expresa Esperanza.

De acuerdo con la Ley de los Derechos de los Adultos Mayores del Estado de Hidalgo, corresponde al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) denunciar abusos, omisiones y abandono a los adultos mayores.

Según los archivos de la fundación Arther Salud, la mujer de 70 años se llama Guadalupe Gerónimo Hernández, con domicilio en Leandro Valle, Mexiquito.

Rufino Sánchez Sanromán, director médico de la fundación, afirma que hace nueve meses personal de la agrupación se acercó con la vecina del aún edil y le aplicó curaciones.

El reporte médico de entonces advierte que la septuagenaria padece carcinoma de piel, que requiere atención especializada; además, desnutrición severa. No obstante, desconoce cómo se ha desarrollado el mal de la enferma.

“Se intervino, pero estamos rebasados porque somos una fundación de primer nivel, y para trasladarla se necesita un permiso por parte de la familia, quienes no lo han otorgado”, lamenta.

De acuerdo con cifras del Instituto de Atención de las y los Adultos Mayores en el Estado de Hidalgo (IAAEM), en el estado habitan 260 mil mayores de 60 años; de ellos, 46.6 por ciento sufre de violencia, principalmente ejercida por sus familiares.

El tiempo pasa y el cáncer avanza, mata su tejido, reitera Esperanza, quien tiene un consultorio de genéricos en San Agustín Tlaxiaca.

“Lupita no requiere visitas, necesita tratamiento urgente y que se traslade a un hospital. Necesita humanidad y que sea efectivo el acceso a la salud”, hace un llamado, al que espera respuesta, al menos
por compasión.