El ritmo de vida de los hidalguenses ha dejado de ser tranquilo, así lo demuestra el estado anímico plasmado en una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en los hogares, donde 61.4 por ciento de la población dijo haber experimentado sentimientos de preocupación o nerviosismo.

En este mismo sentido, la depresión se ha convertido en la enfermedad del nuevo siglo, según especialistas de sociología, ya que la ha padecido al menos en alguna ocasión 36.9 por ciento de la población, y de ese total dos terceras partes son mujeres.
En la Encuesta Nacional de los Hogares también quedó mostrado que, tres meses antes de levantarla, 35 por ciento de los encuestados tuvo algún tipo de dolor, puntaje que representa un total de 982 mil 49 hidalguenses.
El dolor es repartido entre hombres y mujeres al tener prácticamente el mismo porcentaje.
Además, tres de cada diez hidalguenses vive con fatiga, según el muestreo, y son justamente las mujeres las que más la han sentido en los últimos tres meses anteriores a la encuesta.
Dentro de las características sociodemográficas levantadas en este muestreo, los hidalguenses también fueron cuestionados sobre su percepción de vivir en hacinamiento y al menos uno de cada diez dijo experimentar ese sentimiento.
Muchas de las insatisfacciones reportadas por los hidalguenses van de la mano de factores como el educativo, ya que 33.2 por ciento de la población de 33 años y más tiene la primaria inconclusa; por género, son más mujeres que hombres.
Y uno de cada diez habitantes de la entidad es separado, viudo o divorciado, de acuerdo con el muestreo realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía durante 2014 con datos actualizados, según su página de internet hasta 2015.
Finalmente, en el reporte el instituto da a conocer que la mayoría de los niveles que presentan los hidalguenses en su estado anímico superan en parte la media nacional.

Depresión

Los datos más recientes en torno a la salud en México muestran cómo las enfermedades mentales, por su curso crónico que se refuerza por el hecho de que sólo una pequeña parte recibe tratamiento, provocan mayor discapacidad que muchas otras enfermedades crónicas.
Por ejemplo, entre las diez principales enfermedades, considerando mortalidad prematura y días vividos sin salud, tres son mentales; la depresión ocupa el primer lugar.
Se trata de una enfermedad frecuente con alto nivel de discapacidad, de acuerdo con las encuestas realizadas en el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, el 6.4 por ciento de población la padece.
Otros reportes revelan que la cifra real de quienes han padecido un episodio es 9.2 por ciento, que una de cada cinco personas sufrirá uno antes de llegar a los 75 años y que los más jóvenes presentan tasas mayores.
Diferencias no relacionadas con la gravedad o el retraso en el diagnóstico probablemente se vinculen con diferencias culturales. Las mujeres, las personas sin pareja y el bajo nivel de educación se asocian con mayor riesgo.
El 26 por ciento de las personas no serán diagnosticadas y, a pesar de que una elevada proporción de pacientes contactó con los servicios de salud, cerca de 30 por ciento nunca recibió ayuda.