atis: Pedro Páramo influyó la ruta de Cien años de soledad
 
Hace (84) meses
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amentales es descubrir que Pedro Páramo, de Juan Rulfo, fue un libro demasiado importante para García Márquez por muchas razones. García Márquez necesitaba hacer volar a Remedios, pero hacerla volar le costó mucho trabajo. No es fácil decir que una mujer vuela a las cuatro de la tarde”, dijo.
“Lo importante es hacerle creer al lector que bajo un soplo divino y sobrenatural, Remedios asciende al cielo en cuerpo y alma”, añadió Tatis.
“Yo encuentro que Susana San Juan -el personaje de Rulfo en Pedro Páramo- ella sube al cielo también, pero es percibida por Pedro Páramo cuando dice: ‘pasaste rozando las hojas del paraíso’, voló tan alto que pasó por el paraíso e hizo temblar sus hojas”, explicó.
Creo “que hay una referencia entre Susana San Juan y Remedios la Bella. Ahora hay una estructura gramatical de tiempo que encuentro similar en los escritores Virginia Woolf -la mejor escritora inglesa de la primera mitad del siglo XX- y Juan Rulfo en México. Los dos logran una estructura de tiempo que García Márquez asimila”, agregó Tatis.
En la obra La señora Dalloway (1925) de Virginia Woolf, “en un sólo párrafo la señorita Dalloway se mete en un vehículo en los años 20, y de repente la escritora nos hace recordar que ese ser que está perfumado, que es una mujer preciosa, dentro de poco será un cadáver”.
“Recuerda que no solamente ella va a ser arrasada por el tiempo, sino que al tiempo la ciudad de Londres va a ser arrasada por los vientos y por la ruina”, comparó.
Para Tatis “ese tono apocalíptico de la novela de Virginia Woolf, es el mismo tono apocalíptico en los últimos párrafos en Cien años de soledad.
“Encuentro que ese había de recordar está en Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Entre nosotros (los colombianos), es muy fácil que alguien escriba: José Arcadio habría de recordar aquella tarde remota. Uno aquí el tiempo que maneja es un tiempo más sencillo”, anotó.
Tatis explicó que “uno dice por ejemplo José Arcadio recordó. Pero a García Márquez no le interesaba el recordó, sino el que recordaría, porque el recuerdo estaba como en un tiempo encajonado. Digamos como una enorme cebolla de tiempo donde cada piel es una parte del tiempo, y hay unas capas de tiempo alrededor de esta trama narrativa”. Insistió que García Márquez, “quería que su historia no se desarrollara en un tiempo lineal”.
El otro gran aporte es que en “Pedro Páramo todos los personajes están muertos y están conversando en el cementerio”. “José Arcadio Buendía (en Cien años de soledad), después de matar a Prudencio Aguilar, el muerto se le aparecía y pudieron conversar más allá de la muerte, tener esa compasión más allá de la muerte y eso lo encuentras también en Juan Rulfo”, dijo.
“Los muertos conversan, se compadecen, recuerdan cosas del pasado y García Márquez necesitaba un paso más allá de la muerte para hablar de la vida, el amor y los conflictos entre los seres humanos”, argumentó Tatis al comparar los escenarios y las historias que se mueven en los mundos de Comala y Macondo.

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