Concebidos hace 15 años, los poemas que integran La herida de Ulises, del poeta mexicano Diego José, permanecieron inéditos aguardando su lugar en un libro, que hoy, junto a textos recientes, por fin ven la luz y serán presentados al público el próximo 24 de este mes en la Sala Adamo Boari, del Palacio de Bellas Artes.
A veces es necesario partir y volver para reinventar el relato de nuestra vida, aseguró el vate, para quien existen distintas maneras de organizar un libro de poemas, “a partir de una idea dominante que traza su propia unidad o permitiendo que el tiempo haga su labor de cribar el trabajo”.
En declaraciones al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), puso énfasis en que el tiempo funciona como un símbolo que atraviesa la identidad de los poemas, pero de igual manera, ese tiempo es suspendido o superado por el amor, no un amor adolescente sino un espacio donde es posible dar respuesta a Eros”.
En este caso, el hilo conductor es la travesía que emprende el poeta para encontrarse con la musa: volver a Ítaca después de haber naufragado, porque para él, el regreso siempre conlleva una suerte de conocimiento, como lo deja ver el poema que le da título al volumen.
La herida de Ulises es la nostalgia de aquello que inevitablemente perdimos; pero también, la posibilidad de aceptarlo y descubrirlo con nuevos matices desde la experiencia. En ese sentido, la figura de Ulises me sirvió para comprender las transformaciones del ser en el aprendizaje del tiempo”.
Otro rasgo es la presencia del mar, que es definitiva, más que como un paisaje como una fuerza vital, porque “el mar tiene algo de genésico.
El mar que arrastra el origen del mundo, que envuelve nuestras historias y que nos revuelca. A veces es necesario partir y volver para olvidar, comprender o reinventar el relato de nuestra vida”, consideró.
Este libro se produjo gracias a que Diego José fue invitado a la librería Mcnally Jackson Books en Nueva York para leer algo nuevo.
Fue así como algunos de sus lectores fondearon la edición a través de la editorial independiente Elementum, dirigida por Mayte Romo desde Pachuca, quien consiguió que la Fundación JAPS autorizara usar las imágenes de las piezas que aparecen en interiores y portada.
