Estados Unidos concluyó el reforzamiento de poco más de dos kilómetros de muro fronterizo, con una altura de 5.5 metros, entre Chihuahua y Nuevo México.

El Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) informó que se invirtieron 11.8 millones de dólares en la obra.

El muro está ubicado en el área de la ciudad de Sunland Park (Nuevo México) y la colonia Anapra (Ciudad Juárez), a unos 9.3 kilómetros al este del puerto fronterizo Jerónimo-Santa Teresa.

La sección mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) detalló que se sustituyó la valla por un muro de postes verticales de acero, con sección cuadrada de 6×6 pulgadas y una separación de cuatro pulgadas entre cada poste.

“Esta área abarca el límite internacional y se considera un área de encuentro de alto riesgo”, indicó Roger Maier, vocero de CBP en El Paso, Texas.

Ramiro Cordero, vocero de la Patrulla Fronteriza en El Paso, comentó que la estructura quedó colocada en su totalidad en los recientes días.

En un recorrido por el muro reforzado se observó que la barrera está concluida y los trabajadores sólo ultiman detalles de limpieza y retiro de maquinaria.

Los niños de la zona, que solían realizar mandados a los trabajadores para ganar unos dólares, comentaron que ahora se quedarán sin ese ingreso que los ayudaba un poco en la escuela.

“Les traigo sodas, a veces me dan dólares o a veces pesos”, dijo un menor de 11 años que cursa sexto año de primaria.

Algunos encontraron la manera de contribuir con la economía familiar al venderles comida a los obreros. La valla se reconstruyó en Anapra e inició desde mediados de 2016, durante la Administración del entonces presidente Barack Obama.

La barrera, sin embargo, desaparece en los cerros que circundan la Montaña de Cristo Rey, donde se unen los estados de Nuevo México, Texas y Chihuahua, lo cual es considerado como una barrera natural.

Pese a que el muro concluye, el área es vigilada con sensores y cámaras alta tecnología.

Cordero consideró que la valla de acero no frenará la migración indocumentada, sino que le dará tiempo a los agentes fronterizos para intervenir en caso de que alguien rodee el muro.

“La gente dice ‘no pues es que lo están haciendo para frenar la gente’, no frena (la valla) el tráfico, simplemente los ‘despacia’ para que nosotros podamos responder con más efectividad”.