La decisión causó reacciones en el ámbito político y académico del país: se va porque no aceptó cuidar a Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex); al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y al Presidente Enrique Peña Nieto.
En la sombra del despedido resuena un caso: los sobornos entregados por la empresa Odebrecht a políticos mexicanos y, en particular, a Lozoya.
Políticos, funcionarios, politólogos y académicos también exigieron hoy al Senado de la República que objete la decisión tomada por la PGR y que podría tener, de acuerdo con sus declaraciones, otros fines.
La mayoría coincide en que se trata de una decisión que atenta contra la democracia mexicana y profundiza la impunidad. Atribuyen la decisión en el Presidente, para quien se ha agudizado la desconfianza.
También lo señalan como “una vergüenza” de un sistema caduco que se desmorona, a diario.
Sobre la confianza en el actual gobierno, sólo 6 por ciento de los mexicanos se siente satisfecho con el sistema democrático y 2 por ciento afirmó que confía mucho en el actual gobierno, la cifra más baja a nivel mundial y a nivel América Latina.
Horacio Duarte señaló que ahora corresponde al Senado no permitir la remoción de Nieto, pues el ex Fiscal sólo tocó intereses al abrir una investifgación de actos corruptos de un funcionario federal y que “salpica al inquilino de Los Pinos”.
El morenista demandó investigar al Presidente Enrique Peña Nieto por los contratos de entre la empresa brasileña Odebrecht, pues dijo, es un ejemplo de cómo el Gobierno federal quiere entrometerse a la contienda de 2018.
El Senador, Miguel Barbosa, opinó que la remoción de Nieto Castillo responde a la averiguación de Emilio Lozoya, pues argumenta, que los vínculos entre Lozoya y Peña Nieto, es bien sabida.
La Comisión permanente del Partido Acción Nacional (PAN) acordó por unanimidad rechazar la destitución de Santiago Nieto Castillo, al considera que es acto autoritario y en contra del interés nacional.
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