Por primera vez, el Comité sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) de la ONU admitió un caso relacionado con un feminicidio en México.

Pilar Argüello Trujillo fue asesinada en septiembre de 2012 en Coscomatepec, Veracruz, y su asesino confeso fue liberado por presuntas faltas al debi-
do proceso.

“Es la primera comunicación donde una familia en particular cumple con los requisitos, (donde comprueba) que no va a acceder a la justicia tras acabar con todos los mecanismos internos”, explicó Adriana Fuentes, abogada de la familia de la víctima.

Aunque la familia mandó la comunicación desde 2014, fue hasta el 7 de agosto de este año que el Comité de Naciones Unidas les informó que aceptó el caso.

En su dictamen, el Comité emitió una serie de recomendaciones que el gobierno mexicano deberá cumplir en seis meses.

Entre ellas destaca que deberá reanudar la investigación del asesinato dentro de un plazo razonable, a fin de identificar y eliminar los obstáculos que hayan impedido aclarar las circunstancias del delito.

También pide garantizar el funcionamiento de los procedimientos para investigar, enjuiciar y castigar casos de feminicidio; eliminar las trabas estructurales que impiden la investigación de feminicidios, así como capacitar a policías y jueces, entre otras.

Fuentes reconoció que las recomendaciones no son vinculantes, pero su incumplimiento tendría peso ante la visita que hará la CEDAW al país el próximo año.

Pilar, que al momento de su asesinato tenía 20 años, fue descrita por su familia como una chica alegre, que gustaba de ir a bailes y pasear en el parque.

Pedro Argüello, su padre, narró que no supo de su paradero durante un par de días hasta que se enteró, por una fotografía en el periódico, que había sido asesinada y abandonada en un chayotero.

Su asesinato cumplió los requerimientos de feminicidio establecidos en la ley veracruzana: víctima de violencia sexual y su cuerpo fue encontrado semidesnudo.