En la disputa por el control de fincas que “confiscaron” al grupo criminal Los Caballeros Templarios en Michoacán, fue involucrado el excomisionado federal para la Seguridad de esa entidad, Alfredo Castillo.
El viernes, tras la ejecución de siete cortadores de aguacate, una huerta aguacatera de 200 hectáreas, en el municipio de Salvador Escalante, fue asegurada por la fiscalía estatal, lo que provocó decenas de narcobloqueos en carreteras del estado.
Guillermo Valencia, exedil de Tepalcatepec, indicó que es conocido en Michoacán que esa finca también fue aprovechada por Alfredo Castillo, quien, dijo, pactó con las autodefensas para que operaran como un grupo armado institucionalizado.
Durante la cacería de templarios, entre 2013 y 2015, los grupos de autodefensa “incautaron” decenas de propiedades de los operadores del capo Servando Gómez La Tuta, entre haciendas, ranchos, fincas, vehículos y armas.
“Esa finca (de Salvador Escalante) fue un botín de guerra de los acuerdos de Alfredo Castillo con los grupos criminales disfrazados de autodefensa y que derivó además en este tema trágico en el que pagaron justos por pecadores, (la muerte de) cortadores de aguacate, una cuadrilla, que no tenían vela en el entierro.
“(La huerta la) dispuso en algún tiempo Castillo para su usufructo y ahora está en disputa por grupos de autodefensa, los mismos con los que pactó”, dijo en entrevista Valencia, quien fue expulsado como alcalde de Tepalcatepec en 2013 por autodefensas lideradas por Juan José Farías Álvarez “El Abuelo”, vinculado al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), de acuerdo con reportes federales.
La finca de 200 hectáreas del municipio Salvador Escalante, perteneció hasta 2013 a Nazario Moreno, “El Chayo”, líder del grupo criminal de La Familia Michoacana, refieren investigaciones oficiales.