Con su canto conquistó a su esposa y cautivó al público
 
Hace (88) meses
 · 
Compartir:

Los transeúntes andaban de un lado a otro, sobre la calle Guerrero en el centro de Pachuca, detenían su paso para admirar la interpretación y la melodía que nacía de la vieja guitarra que tocaba fielmente aquel hombre ochentón, acompañado por su esposa que recibía en una bandeja roja las monedas que la gente echaba.

Era una mañana soleada de otoño cuando Roberto López Muñoz, de 84 años de edad, regresó a sus orígenes de trovador urbano, como lo hizo a mediados del siglo pasado en Tulancingo, donde inició su carrera como músico empírico.
Nació en 1932. Fue a los 12 años que le interesó la música, sin embargo, tuvo que aprender a tocar la guitarra sólo, pues en esa época no había escuelas de música en Tulancingo más que en Pachuca, pero no tenía dinero.
“A través de folletos aprendí los primeros acordes y ya después con el oído. Creo que es un don que Dios me dio, la música ha sido todo para mí”, afirma don Roberto, quien agrega que también, gracias a la música, conquistó a su esposa Lorena Ortiz —próxima a cumplir 80 años de edad— y a quien le sigue dedicando las canciones Ojos Cafés y Gema.
Don Roberto, vestido con sombrero tipo borsalino, lentes oscuros, camisa a cuadros, pantalón negro de vestir y zapatos negros, se autodenomina pionero de la música en Tulancingo. Prácticamente sabe tocar de todo: desde música romántica de trío “hasta he tocado en orquestas y grupos de cumbias, huarachas y salsa, pues hay que entrarle a todo”, indica.
Fue en 1950 que conformó el trío Monte Carlo, integrado por Fernando Delgado y Ángel González, compañeros músicos que se le adelantaron, dijo al momento que se quitaba el sombrero y se santiguaba. Incluso llegaron a compartir escenario con la orquesta de Pérez Prado y la Sonora Veracruz, dijo el octogenario.
Hoy, junto con su esposa, con la que lleva 55 años de casado, buscan una forma de ocuparse y ganarse el sustento. Tiene siete hijos, cinco hombres y dos mujeres, quienes les dieron 18 nietos y 12 bisnietos.
“Salimos a tocar en las calles de Pachuca los miércoles, jueves y sábados. A veces me salen trabajitos, serenatas o fiestas. No me da vergüenza tocar en la calle, pues me estoy ganando la vida y es una bendición, con eso nos vamos sosteniendo”, indica el músico.
A sus hijos y nietos nos les gusta que anden en la calle; incluso, asegura que hace unos meses uno de sus hijo le preguntó “¿cuánto quieres?, yo le respondí que nada, que no me gusta que me quieran enjaular en mi casa, no soy león, yo quiero salir y tocar”.
Antes de interpretar la canción Solamente una vez, compuesta por Agustín Lara, el veterano músico manifiesta una petición que tiene al gobernador de Hidalgo, Omar Fayad Meneses:
“Se ve que está haciendo las cosas bien y lo único que le quiero pedir es que ponga una escuela de música en Tulancingo, porque hay mucha gente en la calle tocando, sin saber nada de música. No pasan de ahí, no se superan, por eso quisiera que pudieran ponernos una escuela de música, a mí me hubiese gustado mucho aprender en una escuela”.
Al terminar de interpretar la canción Ojos Cafés, el músico recibe una lluvia de aplausos, entre ellos un joven trovador urbano quien, con guitarra en mano, se detuvo a escucharlo.

Compartir:
Etiquetas:
Relacionados
title
Hace 1 minutos
title
Hace 4 minutos
title
Hace 44 minutos
Se dice
/seDiceGift.png
Especiales Criterio
/transformacion.jpeg
Suscribete
/suscribete.jpg
Más popular
Por Redacción Criterio . 2 de abril de 2024
Por Redacción Criterio . 5 de abril de 2024
Por Redacción Criterio . 1 de abril de 2024

© Copyright 2023, Derechos reservados | Grupo Criterio | Política de privacidad