Fueron muchas las expectativas que tenían de Juan cuando apenas había cumplido 3 años de edad, pues su mamá, familiares y maestros veían en él un niño con grandes habilidades que lo hacían destacar de entre sus compañeros del kínder.

Tenía una extraordinaria forma de comunicarse, identificaba letras y podía leer algunas palabras. Era muy sociable, desenvuelto y todo felicidad. Sin embargo, esas habilidades y virtudes se fueron apagando, pues su aprendizaje y comportamiento, aparentemente, “se estancaron”, volviéndose retraído y efusivo.

Su mamá, Isabel Martínez Hernández, pensó que las conductas eran normales en su edad. No le prestó mucha importancia hasta que cada vez fueron más evidentes los berrinches e inestabilidad emocional y retroceso.

“Pensamos que se estaba convirtiendo en un niño malcriado. Llegué a pensar que a lo mejor lo estábamos consintiendo mucho. Cuando hacía un berrinche en la calle o en la combi, la gente comenzaba a juzgarme: ‘seguro lo consiente mucho’ o ‘qué mala madre es’, decían”, comentó Isabel.

Pero la realidad era otra: Juan fue diagnosticado, a los cuatro años, como un niño con “autismo atípico”, trastorno patológico a nivel neurológico que dura toda la vida y que, hasta el momento, la ciencia no sabe qué lo origina.

Al saber la noticia, a Isabel —quien es madre soltera— y su familia les fue difícil aceptar esa condición de Juan, atravesando por un proceso de duelo, pues las expectativas que en algún momento pusieron en él se extinguieron, pero le dejaron una gran enseñanza de vida.

“A las personas les pido comprensión y tolerancia al proceso de desarrollo de todos los niños en general; hay que respetarlos y dejarlos de estigmatizar. No importa si tienen o no una discapacidad, pues una de las cosas que me enseñó Juan fue a dejar de tener expectativas en las personas pues las personas no están aquí para cumplirlas”, señaló.

Hoy Juan tiene 12 años. Ha logrado salir adelante gracias al apoyo terapéutico que le han brindado en el Centro de Atención al Neurodesarrollo MUUK´, ubicado en la calle Oriente 2, #113, colonia Magisterio, de Mineral de la Reforma.

De acuerdo con Janeth García Manríquez, psicóloga con especialidad en el ámbito educativo y terapeuta de MUUK´, las anomalías de este trastorno neuronal comienzan a manifestarse a partir de los dos años de edad.

La principal característica es la falta de socialización, pues los niños presentan conductas destructivas al no saber cómo comunicar lo que sienten y lo manifiestan, principalmente, con un berrinche.

Sensorialmente, los niños con autismo pueden tener una sensibilidad muy desarrollada a los sonidos (aunque sean sutiles), texturas o acciones (por ejemplo un abrazo), pues les genera mucho conflicto.

Otra característica es el juego imaginario o se enfocan en algún objeto específico. Finalmente, la ecolalia, que es la repetición de palabras o frases, principalmente de películas o de conversaciones.

A fin de conocer más sobre este trastorno, MUUK´ realizará el Primer Simposio Estatal, en Hidalgo, sobre autismo desde diferentes enfoques el próximo viernes 31 de marzo a partir de las 9:00 horas en las instalaciones del Centro Universitario Metropolitano de Hidalgo (CEUMH), en la colonia Tulipanes, de Mineral de la Reforma.

Este simposio contará con la participación de neurólogos, nutriólogos y psicólogos, como Lorena Ramos Hernández, maestra en Psicología Escolar, y Diego Reza Becerril, subdirector de investigación y calidad de Domus Instituto de Autismo. Los ingresos obtenidos de este simposio servirán para fortalecer el centro MUUK´.