Por una rara enfermedad, Fernando Flores dejó la lucha libre para convertirse en Dibujín, un personaje que anima a niños y jóvenes a mejorar su condición de vida por medio del arte.

La historia del personaje que creó Flores hace cinco años tiene como origen su destreza como dibujante, oficio que su padre le inculcó desde
que era pequeño.

“Hasta el día de hoy nadie me ha cerrado las puertas, uso una máscara, maquillaje en el rostro y una bata con colores para llamar la atención de los niños en las calles, hospitales y centros de rehabilitación”, indicó.

El show de Dibujín consiste en llevar música en vivo en sus presentaciones, junto con sketches, muppets y mensajes que fomentan valores basados en la Biblia, para los menores.

Flores comentó a Criterio que uno de los retos que tiene en mente es romper un record Guinness haciendo la caricatura más grande del mundo.

“Estamos hablando de 11 mil cartulinas y de ocupar el Zócalo de la Ciudad de México para lograrlo (el record).

“Sabemos que es difícil, pero nos gustan los desafíos”, mencionó.

Con 44 años de edad, el enmascarado añadió que la enfermedad conocida como lipemia y diversas fracturas le impidieron seguir combatiendo en el ring, razón por la cual consideró apoyar al sistema Teletón, además de abrir una academia de arte para enseñar a dibujar a niños y jóvenes.

Al hablar de sus orígenes, el exgladiador comentó que su padre también fue luchador.

“Viví tiempos muy difíciles en mi infancia: sufrí de violencia familiar; ahora mi lucha es para que la generación actual conozca a Dios y no sufra lo mismo”, indicó quien se dedicó al deporte del pancracio.