A dos años de su nombramiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad, urgen acciones de conservación y preservación para el Acueducto del Padre Tembleque, destacó Guillermina Acosta Barrera, presidenta del patronato de este monumento.

La académica hizo notar que, además de conservarse, se debe privilegiar que no se construya sobre la obra arquitectónica, enfatizar su desarrollo y permanencia en su entorno ambiental y paisajístico.

Lo anterior, recordó Acosta Barrera, es parte de los atributos que hacen diferente a nivel mundial al acueducto que cruza por Zempoala, pues otros monumentos de este tipo han sido absorbidos por desarrollos urbanos.
Aunque faltan tramos de la obra en ser reparados, desconoce qué avance tienen las gestiones de presupuesto por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Asimismo, la presidenta del patronato planteó que hacen falta seguridad, vías de comunicación y servicios en el lugar.

“El reto está en que todos miremos al acueducto en su esencia, vocación, y por consecuencia, el territorio se enriquece, los nativos tendremos un orgullo de identidad para que a los que vengan les demos buenos servicios, no los espantemos con malos hábitos o con acciones inadecuadas”.

Asimismo, instó a la creación de un programa institucionalizado que involucre a los más de 300 vecinos que habitan en las cercanías del monumento histórico.