El puente Benicia, ubicado en Tula, continúa sin ser abierto al tráfico vehicular, pues los vecinos se niegan a ello porque nunca fueron “tomados en cuenta” para su construcción.
La infraestructura fue edificada con recursos etiquetados en 2013: un millón de pesos para el estudio de la obra y 15 millones 242 mil pesos para levantarlo; sin embargo, en 2016 contó con una tercera partida, de un millón 637 mil 970.73 pesos, de acuerdo con el reporte de asignación de economías e intereses del gobierno del estado.
En el lugar existía una construcción metálica para el uso peatonal, que fue retirada para la elaboración del puente vehicular que, a poco más de dos años de concluido, sigue siendo para tránsito a pie.
Los lugareños explicaron a Criterio que, por no haber sido consultados para la construcción y además de que representaría un problema de tráfico para los habitantes de la Unidad Habitacional Pemex, se niegan a que se le dé formal apertura.
“Cuando se planteó el proyecto, en 2012, nos dijeron que iba a ser diferente el puente, y que entroncaría directamente a la avenida Tollan o la Xochiquetzal, que tienen salida hacia el bulevar Tula Iturbe, pero algo falló e hicieron el puente más pequeño y lo sacaron en una zona donde la afluencia de menores es mucha, porque delante de esa vialidad hay escuelas”, argumentaron.
Durante el banderazo de inicio de obra, Alberto Meléndez Apodaca, entonces titular de la Secretaría de Planeación, sostuvo que el paso elevado ayudaría a deshagoar el tránsito en las horas pico del centro de Tula, pues se tendría una opción de salida hacia la zona Iturbe y Tlahuelilpan.