Pobladores de Tulancingo se dijeron preocupados ante el posible colapso de la presa La Esperanza, construida hace más de 70 años, misma que sólo funge como vaso regulador porque su capacidad de captación se redujo al 30 por ciento y el 70 restante es azolve. 

Esta infraestructura hidráulica, cuya edificación comenzó en 1939 y concluyó en 1943, con una capacidad de almacenamiento de tres millones 900 mil metros cúbicos, actualmente presenta más de dos millones de metros cúbicos de lodo petrificado.

Ubicada en la colonia La Esperanza, en la zona limítrofe de Tulancingo y Cuautepec, esta presa carece de compuertas y sólo cuenta con una obra de toma, que vierte tres metros cúbicos por segundo de agua utilizada para riego agrícola.

“Cada vez que los ejidatarios quieren regar sus parcelas, abren la obra de toma, el agua fluye en el río Chico y después la distribuyen a través de canales para regar sus parcelas”, explicó el director de Protección Civil de Tulancingo, Jesús García Ávila.

Esta presa, considerada entre las más pequeñas del país, posee un vertedor natural, que al llenarse permite que el agua fluya y la convierte en un vaso regulador.

Respecto a la posibilidad de desazolvarla, el funcionario puntualizó que dicho embalse está a cargo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
“El costo sería muy alto y podría generarse alguna fisura, además de que la propia instancia federal ha dicho que su vida útil concluyó, pero que no representa riesgo alguno”, aseguró.