El Focus ST ya está en sus últimos años y sigue siendo una opción atractiva para quienes gustan de los hot-hatches.
Estéticamente, el refresh que le dio Ford hace un par de años lo mantiene actual. No podemos decir que es un diseño completamente original pues tiene el frente que Ford usa en otros productos.
Como en todos los hot-hatches, el alma está en su motorización. Bajo el cofre está un motor de 2 litros de desplazamiento con 250 caballos de fuerza y alrededor de 280 libras-pie de torque. Es un motor de la familia EcoBoost, pero muy ajustado a desempeño más que a otra cosa.
La transmisión es a la vieja usanza, una manual de seis velocidades. Aquí no hay opción de automática o de doble clutch; el conductor tiene que hacer el trabajo, y eso es parte de la diversión.
Es un embrague progresivo y con buena sensación, lo mismo que la transmisión, aunque quizá el regreso a la posición central podría ser más rápido. En un par de ocasiones los cambios rápidos de sexta a tercera terminan en quinta. Nada grave, algo que se resuelve también por costumbre.
Poner la potencia en el piso requiere atención. Siendo este un modelo de tracción delantera hay algo de par en el volante con el que el conductor debe luchar. Algo de cuidado cuando se desea una rápida aceleración.
En la mayoría de las situaciones, el coche simplemente sale disparado en la dirección que se le indica. Es rápido si se le exige y perdona fácilmente el que se le deje en una relación más alta de la adecuada. Esto es parte del atractivo del motor y es que desde muy bajas revoluciones tiene suficiente par para recuperarse. Incluso en la mayoría de los sobrepasos la quinta relación funciona bien y es sólo si se quiere diversión o escándalo que se requiere bajar a cuarta o tercera.
Algo que también es muy agradable del Focus ST es la calidad de los asientos. El proveedor es Recaro, así que Ford se acercó a manos expertas para este tema, y se nota. Ofrecen un gran soporte lateral tanto en el cojín como en la parte baja del respaldo y a la altura de hombros. Realmente es difícil salirse de la posición correcta en este coche. Quizá para algunas complexiones parecerán apretados, pero tiene su propósito y lo cumplen a la perfección.
El sistema de entretenimiento, Sync 3, es bastante bueno, y con el sonido a cargo de Sony no tenemos queja alguna con él. El punto en donde sí nos hubiera gustado algo mejor es los acabados del interior; siguen viéndose ensambles de un nivel más bajo que su segmento.
