A partir del 9 de febrero, y como modelo 2018, el nuevo Kia Rio comenzará a rodar por el país. Con el rediseño, el Kia Rio entra a su cuarta generación sin mayores cambios en las dimensiones del vehículo, pero con el objetivo de mantenerse como el modelo más vendido de la surcoreana a nivel mundial.

El vehículo compacto, que se produce en el municipio Pesquería, Nuevo León, estará disponible en dos versiones: hatchback de 5 puertas y sedán de 4 puertas; esta última, lista para mayo.
El diseño del frente es particularmente interesante, pues la toma de aire principal ha sido reubicada a la parte inferior de la defensa por razones de eficiencia aerodinámica.
Ahora ofrece transmisión automática de manera opcional, además de la manual de 6 velocidades.
El motor de aluminio es de cuatro cilindros de 1.6 litros de 16 válvulas con una potencia de 121 caballos de fuerza a 6,300 revoluciones y 111 libras-pie de torque a las 4,850 revoluciones.
El interior tiene un diseño más moderno y limpio, en el que destaca la pantalla táctil de 7 pulgadas en el centro del tablero para el sistema de información y entretenimiento.
Integra sistema CarPlay de Apple y Android Auto.
El equipo de seguridad incluye desde la versión más básica frenos ABS, dos bolsas de aire frontales, asistente de arranque en pendientes HAC y control de estabilidad VSM.

Opinión exprés
En las cerradas curvas en la Sierra de Santiago, Nuevo León y a velocidades más elevadas de lo común el Kia Rio se mostró confiable y sin problemas.
El motor revoluciona con rapidez y gracias al control variable de válvulas tiene una respuesta robusta desde rangos bajos del tacómetro.
La dirección con asistencia eléctrica podría ser más firme, pero en conducción demandante no presentó problemas en cuanto a la orientación confiable y precisa.
Al conducir en vientos cruzados a velocidades por encima de los 130 kilómetros por hora, el auto se movió levemente, con lo que hubo que aplicar correcciones al volante.