En un comunicado, el organismo refiere que en el país, la norma que determina los parámetros de seguridad es la NMX-J-175/1-ANCE, con una visión integral para cubrir todos los posibles accidentes que puedan ocurrir por el uso de productos.

También incluye condiciones extremas de su uso para así salvaguardar la integridad de los niños en todo momento.

Para el responsable de los laboratorios en la Ciudad México y Apodaca, Nuevo León, Héctor Ortiz, las pruebas siempre se aplican en las condiciones más desfavorables y sobre las partes más accesibles o removibles, tal como lo indica el lineamiento.

“Un juguete seguro es aquel que no pone en peligro la seguridad y la salud de los niños, cumple la normativa e informa eficazmente sobre su uso”, agregó.

Por ello, los juguetes certificados pasan por evaluaciones donde se someten a pruebas de resistencia, durabilidad, calor, peso y fuerza, ya que deben ofrecer resultados confiables a los usuarios, indicando que son aptos y duraderos para el uso en niños.

Asimismo, se tienen que aplicar todos los protocolos de prueba que cubren diferentes áreas de preocupación entre los padres de familia, así como composición de materiales sin sustancias tóxicas, inflamabilidad y posible desprendimiento en piezas.

Entre los productos que están dentro de la norma abarcan juguetes con baterías y partes luminosas, montables, juegos de construcción y de experimentos.

También los que son a escala, que tienen como finalidad ser utilizados por adultos y dispositivos de video como teclados y palancas, asegurando la cobertura del mercado de juguetes eléctricos y electrónicos, distinguibles con la señalización NMX en el empaque del producto.