A la banda mexicana Reik no le interesa convertirse en leyenda de la música. “Preferimos disfrutar logros y vivir el presente, porque normalmente cuando se es leyenda ya es después de muerto”.

“Se pueden dar muchos ejemplos y muchos de los que son leyenda lo logramos tras desaparecer físicamente, así que por eso no nos preocupa eso porque ya después de muertos no sabremos nada”, expresó a Notimex Jesús Navarro.

“Yo siempre he sido bien práctico y no me interesa ser leyenda porque al final me voy a ir y no me voy a dar cuenta qué pasó, por eso quiero vivir bien, disfrutar de la vida, vivir mis procesos y hacer cosas que impacten al mundo”, sentenció el vocalista de la banda.

“Si me toca vivir diez minutos, o 40 o 50 años, me gustaría más a la hora que me toque despedirme el decir que viví como tenía que vivir y que hice lo que pude y punto”, enfatizó Navarro.

“Hay muchos casos de quienes se han convertido en leyenda y podemos dar un sinnúmero de nombres de grandes artistas que pasaron a ser leyenda después de su partida”, manifestó.

La agrupación recién lanzó su nueva producción musical Des/amor que tan pronto fue lanzada se colocó en el primer lugar en descargas en iTunes y en ventas físicas en Estados Unidos.

Reik está nominado a artista pop favorito en los premios Tu Mundo, que se anunciaron esta semana en Estados Unidos y su sencillo Ya me enteré se colocó rápidamente en los primeros lugares de las listas de popularidad.

Destacaron que el momento de la banda es más que de consolidación. “Ahora sentimos que estamos en pañales, pero de una nueva etapa, por eso no vemos ni fin ni el haber llegado a una meta”, explicó Julio Ramírez.

“Después de 12 años de haber sido integrado, de cinco producciones musicales, cuatro giras y conciertos en tantas partes del mundo y tantos logros, sí reconocemos que hemos llegado a donde nunca antes nos habíamos imaginado”, apuntó Gilberto Bibi Marín.

Sobre el proceso de selección de temas y su riguroso estilo de no duplicarse o repetirse con éxitos del pasado, confiaron que viven en la preproducción de un esquema que siempre antepone el ser original en su forma de hablar del amor y el desamor.