Si hay algo que marcó la vida de Juan Gabriel fueron los duros golpes, la adversidad siempre tan cercana al cantante, y a la vez tan cotidiana como para no sorprenderse y enfrentar las complicaciones de la mejor manera, sin quejarse. No se le vio invertir su tiempo en contemplaciones ni lamentos.

El carácter que tienen los que se mueren trabajando. Estaba cansado, y sin embargo no era algo que dijera. Estaba enfermo y no era algo que dijera o no en el ámbito público, pero en declaraciones de familiares y amigos se refleja un Juan Gabriel más íntimo que se venía deteriorando sin quejarse por eso.

Pero el deterioro de la salud no por ocultarse se detiene. Y la vida le dio el último golpe: un infarto fulminante detuvo su corazón este domingo a las 11:43 de la mañana en su casa de Santa Mónica, California, apenas un día después de su último concierto en la ciudad de Los Ángeles y unas horas antes de su presentación en El Paso, Texas, fronteriza con Ciudad Juárez, lugar que lo vio forjarse como artista.

Hay diferentes versiones sobre cómo fue encontrado muerto, por lo menos tres: Una que estaba en el piso del baño, otra al pie de su cama y una más que en la sala, además de que el infarto le habría dado cuando estaba desayunando.

Factores de su deterioro

“Estaba en casa. Ya estaba delicado desde hace unos días. Aunque a él no le gustaba quejarse de nada. Estaba enfermo del azúcar (diabetes), presión alta, su rodilla derecha estaba mal.

Seguramente su corazón estaba un poco afectado por la gordura. Pero estaba bien, con oxígeno, pero decía que se sentía bien. Después de su último concierto, dijo que se sentía un poco cansado, pero no quiso ir al hospital”, dijo uno de sus mejores amigos, Jesús Salas.

“Él, a pesar de que no estaba bien, siempre estaba de buenas, sonriendo y cantando. Yo lo vi en El Paso, porque tenía que firmarme unos papeles, pero estaba tan cansado que me pidió hacerlo después”, continuó Salas.

Según datos periodísticos el artista debía seguir una estricta dieta a base de frutas y verduras, debía reducir el consumo de alcohol y de refrescos. Según el sitio que da cuenta de ello un empleado cercano al cantante declaró que no estaba siguiendo la dieta que debía.

“Desde que se levanta, cada alimento lo acompaña con esta bebida, y él sabe que le hace mucho daño, pero no permite que nadie le diga lo que tiene que hacer’’, declaró el trabajador anónimo.

Además según su amigo Jesús Salas, Juan Gabriel tenía serios problemas en una rodilla debido al sobrepeso y a veces terminando sus conciertos necesitaba oxígeno para respirar bien.

“Él siempre fue muy cauteloso con todas sus cosas, si tenía un malestar nunca le decía a nadie, pero los que éramos cercanos a él sabíamos que no andaba bien de su corazón”, dijo su amiga Silvia Urquidi en una entrevista con El Universal.

En medios se especula que en sus últimos meses de vida estaba subiendo de peso, al menos 15 kilos.

El artista dejó una fortuna de 60 millones de dólares que acumuló a lo largo de más de 40 años de una exitosa carrera que elaboró a base de esfuerzo.

La obra de Juan Gabriel sin duda marcó a una época, varias generaciones y distintos géneros musicales. Su muerte marcó a sus seguidores, familiares y amigos.

Con información de La Silla