Sonó el tambor alegre de Colombia, a las 20:40 horas, y todo fue fiesta total.
Se arrancó la big band y Humberto Pabón lo
aprovechó para, pasito a pasito, escoltado por las bailarinas, anunciarse en el primer show de su Grupo Cañaveral en el
Auditorio Nacional.
Y luego llegó Emir, su hijo, para ponerle sabor y baile a No Lo Puedo Negar, para festejar 22 años de carrera.
Bastaron tres canciones y los coros de No Te Voy a Perdonar para que entre las casi 10 mil
personas que llegaron se armara el bailongo.
Las manos de los hombres a las cinturas de las mujeres, y quienes venían solos se abrazaban a sí mismos.
El chiste era dar vueltas, quebrarse y gritar “huipi, huipi”, como hace Humberto Pabón.
En el escenario sonaron las composiciones de Rigo Tovar y Chico Ché y los clásicos y sus propios temas como Vuelvo a Sentir y Cumbia Cañaveral.
En la explanada se escucharon los chiflidos para Emir y los “suegro” que le gritaron a su padre.
Ya se había tocado cumbia
en las trompetas y saxofones de
la big band y había que probar algo más.
Por eso invitaron a Big Metra, rapero que tiró sus rimas en El Pipiripau, y Matute que fusionó su electropop en Vale la Pena.
Luego Jenny & The Mexicats se llevó una gran ovación y los primeros gritos de “otra, otra”, tras cantar Tiene Espinas el Rosal, rola por la que en pleno escenario se premió a ambas agrupaciones por 100 millones de reproducciones del video
en Youtube.
No acabaron las sorpresas ahí, ya que Universal dio un Disco de Platino por Disco Cumbia México 2, y Disco Doble Platino y Disco de Oro por Fiesta Total.
La Sonora Dinamita, con Ansioso Por Verte, y Cabas,
con Enamorándonos, completaron el bufete de convidados, pero Cañaveral también brilló
por méritos propios. Y dos horas
y media después, en la fiesta total, aún sonaban el tambor alegre y
los “huipi, huipi”.