Migración y política, binomio inhumano
 
Hace (56) meses
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La fórmula de política y migración, que a primera vista podría parecer la idónea para resolver los problemas que llevan a la migración masiva que se realiza en pésimas condiciones para los migrantes, ha mostrado que mantiene el problema porque no ataca sus causas y, sobre todo, origina innenarrables daños a quienes huyen de sus lugares de origen, que a veces alcanzan a generaciones posteriores.

La migración inesperada y masiva de gruesos contingentes de personas es un fenómeno de nuestro tiempo, pues si bien ha existido en muchos otros momentos de la historia, en estos días se multiplica por muchos lugares del planeta.

Un recuento rápido nos la muestra en Myanmar, antes Birmania, con destino a Bangladesh por la expulsión que grupos étnicos sufren de su propio país debido a diferencias religiosas. En Irak e Irán, los contingentes de personas que salen por la guerra han disminuido en los meses más recientes, luego del pico que experimentaron en 2015 y que afectaron, sobre todo, a países europeos del oriente, que eran usados como estaciones de paso en el camino a Alemania.

En África, la migración sin documentos de habitantes de varios países ubicados al sur del Sahara es recurrente hacia Europa, donde los migrantes buscan que los países de acogida sean España, Italia, Alemania, Francia.

Nuestro continente no es la excepción. En primer lugar como expulsor se ubica Venezuela, que sumaba alrededor de tres millones de personas a fines de 2018 con destino principal en los países vecinos y Estados Unidos.

México, que por años fue el sitio de donde salían miles de personas rumbo a Estados Unidos, parece haber estabilizado ese flujo, pero su lugar ha sido ocupado por las naciones del Triángulo Norte, integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras, que sustituyen con sus connacionales a los mexicanos en su pretensión de llegar a nuestro vecino del norte.

Violencia imparable en los lugares de origen de los migrantes en combinación no con pobreza, sino con falta de elementos reales para superarla, conforman el binomio que expulsa a la gente que no tiene capacidad para enfrentar a la violencia ni elementos para salir de la pobreza.

Ante eso, se han aplicado soluciones políticas que pueden contener por un tiempo la migración, pero no dar soluciones de fondo, de manera que solo mantienen las causas y en consecuencia, la política se convierte en una solución inhumana por el dolor que perpetúa.

En todos los casos señalados arriba, en los países de salida se encuentran gobiernos incapaces de cumplir sus obligaciones con sus ciudadanos, ocupados por encontrar medios para subsistir y que deben irse en vez de usar los caminos políticos para hacer que esos gobiernos cumplan su deber, muchas veces porque esos caminos políticos están cerrados.

Así, detrás de cada “solución política” para enfrentar alguna crisis migratoria, el primer resultado no es que los migrantes mejoren las condiciones en que se encuentran, ni en los lugares de llegada ni en los de salida, sino que los gobiernos responsables directos de la migración o de no hacer lo suficiente para cambiar las situaciones de expulsión, simplemente encuentran respiro y siguen sin hacer un ataque a fondo de la violencia y la pobreza.

Si quitamos los casos de Irak y Siria, sumidos en guerra, el panorama descrito en las líneas inmediatas anteriores se repite en Myanmar, en los países al sur del Sahara, en Venezuela y en Centroamérica, que podrán registrar una caída en el volumen de la salida de migrantes, pero no un cambio y menos el regreso de quienes se fueron, que con el paso de los días solo encuentran dos caminos: o se integran a la población local, o se quedan encerrados en sitios de acogida, modernos campos de concentración disfrazados.

Basta recordar a los refugiados que salieron de Palestina a causa de la fundación de Israel hace más de medio siglo, quienes siguen en campos de refugiados en países del área, pero ya no los originales, ni siquiera sus hijos, sino sus nietos.

¿Es ese el futuro de la “solución política” que se ha encontrado para los migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos y quedan varados en México? Este breve recuento parece mostrar que es lo más probable, lo que se comprobará no en meses, sino en años.

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